El escenario real de la disfunción eréctil

España, 25 de septiembre 2023—“Si existe un misterio oculto detrás del telón en el mundo varonil, donde el

silencio o el mutis forman la clave de bóveda de su sexualidad, este no es otro que la disfunción eréctil, más conocida por impotencia”, dice la Dra. Carmen González Enguita

“Hoy vamos a desvelar todos los secretos de esta patología funcional, somática, que afecta a muchísimos hombres, más aún a partir de los 40 años de edad, y en la que puede jugar un gran papel secundario la psique”, añade la jefa del Servicio de Urología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz.

La disfunción eréctil (DE) se define como la incapacidad persistente para lograr o mantener una erección del pene suficiente para llevar a cabo un acto sexual satisfactorio, ya sea a nivel personal o en una relación de pareja.

La forma en la que puede manifestarse la disfunción eréctil es diversa y puede aparecer en escena de maneras diferentes:

“Cuando el hombre desea tener una erección y, entonces, no lo consigue. Son momentos puntuales, es decir, no siempre se obtiene la erección sin haber tenido problemas iniciales”, describe.

“En una gran mayoría de casos, la erección no dura el tiempo necesario para alcanzar él o su pareja el orgasmo (descarga de la tensión sexual acumulada)”, continúa.

“Y en una tercera tipología, la erección no se produce. Ni poco ni mucho, nada; en ninguna ocasión se logra la erección”, completa la uróloga y cirujana.

Estimaciones de las OMS resaltan que alrededor de 320 millones de hombres en todo el mundo se verán afectados por algún grado de disfunción eréctil en el año 2025. Por ejemplo, en EE.UU. la padecen en torno a los treinta millones de personas.

::: Protagonistas, actores de reparto en la disfunción eréctil :::

“Imaginad que la erección es como un ‘*show*‘ de magia donde el público desconoce los entresijos, al igual que sucede en cualquier espectáculo. Por analogía, en una erección saludable se involucran muchos elementos y procesos, tapados o a la vista”, entabla.

En nuestra exhibición de magia intervienen varios “actores principales” durante el proceso de la erección, quienes deben conocer el guión sin necesidad del apuntador (estar en las mejores condiciones de salud): el sistema nervioso, los vasos sanguíneos, las hormonas y los músculos.

“Cuando un hombre se excita sexualmente, el cerebro envía señales a los nervios del pene. Estos nervios, a su vez, liberan sustancias químicas que relajan las fibras musculares, lo que permite que la sangre fluya hacia los cuerpos cavernosos del pene, causando una erección”, enseña.

A la vez, hormonas como la testosterona juegan un papel trascendental en la función sexual.

Pero, como en cualquier representación, abundan los villanos que pueden malograr la magia. En el caso de la disfunción eréctil, estos villanos pueden ser factores físicos, psicológicos o una combinación de ambos.

“Y cabe subrayar que, a menudo, la disfunción eréctil es el heraldo, un síntoma de otro problema de salud más importante, incluso grave; por lo que la visión del médico que atiende al paciente debe ser amplia para intentar identificarlo y diagnosticarlo precozmente”.

Entre los factores físicos destacan la diabetes, la obesidad y las enfermedades del sistema cardiovascular, como hipertensión, hipercolesterolemia, dislipidemia (colesterol y triglicéridos) o arterioresclerosis, simiente de la angina de pecho, infarto de miocardio, ictus y arteriopatía periférica).

También, casos originados por ciertas patologías urológicas (relacionadas con los riñones), hepáticas y neurológicas (causantes de daño al sistema nervioso, como la esclerosis múltiple).

Además, en la DE pueden estar incidiendo algunos medicamentos:

“Antidepresivos, ansiolíticos, tranquilizantes, sedantes; fármacos para la presión arterial; para las úlceras gástricas; antiandrógenos, como los que se indican para tratar el cáncer de próstata; o supresores del apetito, para adelgazar”, relaciona.

El tabaco, el alcohol y las drogas, en su línea destructiva, protagonizan el deterioro global de la salud lacerando los vasos sanguíneos y disminuyendo el flujo sanguíneo, igualmente hacia las estructuras vasculares del pene.

Destacan, a su vez, procesos o enfermedades propias del pene como es la Enfermedad de Peyronie (formación de tejido cicatricial fibroso en el pene que ocasiona erecciones curvas y dolorosas).

Tampoco debemos olvidar las disfunciones eréctiles generadas por los tratamientos quirúrgicos o radioterápicos previos (cáncer de próstata y de vejiga) o consecuentes de cirugías sobre la pelvis o la médula espinal.

Entre los factores psicológicos, es evidente el estrés sobre el desempeño sexual; que se puede añadir al estrés que circunda la vida general del varón.

“El estrés crónico puede afectar negativamente a la potencia del pena al desencadenar la liberación de hormonas que estrechan sus vasos sanguíneos”, apunta.

“Asimismo, el miedo al fracaso sexual, la ansiedad del rendimiento o la preocupación constante por ser capaz de lograr o mantener una erección pueden convertirse en una profecía autocumplida. La depresión podrá llegar a continuación, sin duda”, advierte.

Podrá parecer difícil hablar sobre disfunción eréctil con sus médic@s, sin embargo, es clave decir que una vida sexual sana siempre forma parte de una vida saludable en general.

“Cuanta más y mejor información se facilita al especialista, mayores probabilidades tendrá el varón de solucionar su disfunción eréctil; es decir, paz y estabilidad sexual”, enmarca.

“Por lo tanto, debe estudiarse con sumo detalle la historia clínica del paciente (anamnesis); debe realizarse un examen físico completo, apoyándonos si fuera necesario en pruebas de laboratorio; y se debe practicar una valoración de su salud mental”, establece la Dra. Carmen González Enguita.

Hay que eliminar los miedos, ya que la entrevista paciente-médic@ aporta multitud de detalles imprescindibles para conseguir el tratamiento más certero y menos invasivo posible.

La uróloga, como es su caso, podrá hacer preguntas orientadas a explorar no sólo el origen de la falta de erección, sino en base a todas las dimensiones de la sexualidad masculina relacionada: deseo sexual (libido), erección, orgasmo y eyaculación.

Por ejemplo, algunas cuestiones sexuales aclaratorias:

-Frecuencia de las relaciones sexuales con penetración satisfactorias.

-Frecuencia con la que el pene logra una firmeza adecuada para tener relaciones sexuales como resultado de la estimulación sexual.

-Frecuencia con la que se es capaz de mantener una erección durante las relaciones sexuales.

-Nivel de confianza para lograr y mantener una erección.

-Calificación de su nivel de deseo sexual.

-Percepción personal de las relaciones sexuales de pareja.

-Si se despierta con erecciones matutinas.

-Si consigue la erección al intentar una masturbación.

-Frecuencia con la que alcanza el clímax sexual, orgasmo, y la eyaculación.

-Cualquier cirugía o tratamiento que pueda haberle lesionado los nervios o los vasos sanguíneos cerca del pene.

-Cualquier medicina prescrita o de venta libre que esté tomando el paciente.

-Si consume drogas ilegales, bebe alcohol o fuma.

-Enfermedades y tratamientos que pueden causar disfunción eréctil.

-Hábitos de ejercicio físico o, por el contrario, nivel de sedentarismo.

-Tipo de alimentación y dieta.

-Desde un punto de vista psicológico le podrán hacer algunas preguntas personales y utilizar un cuestionario que le ayudará a diagnosticar cualquier problema psicológico o emocional que pudiera estar detrás de la DE.

También, podrían hacer preguntas a su pareja sexual sobre su relación o cualquier circunstancia que de una manera negativa pudiera estar influyendo en la disfunción eréctil.

Durante el examen físico será habitual explorar el pene para determinar si es sensible al tacto. Interesa conocer bien los genitales del paciente.

“Si el pene ofrece una sensibilidad insuficiente, esta causa podría señalar una alteración del sistema nervioso”, observa.

La apariencia del varón también aporta información esencial, para entender la raíz del problema, como sucede en los casos de induraciones de los cuerpos cavernosos, incurvación peneana, exceso y distribución del vello o el tamaño de las mamas, señales de problemas hormonales.

Además, la tensión arterial en los tobillos y las muñecas nos pueden hablar de contratiempos circulatorios y vasculares.

Las pruebas de sangre en el laboratorio pueden indicar algunas de las posibles causas de la disfunción eréctil, como la diabetes, arterioesclerosis, enfermedad crónica de los riñones, como la insuficiencia renal, y otros problemas hormonales.

Los estudios por la imagen, ecografía peneana, detectan deficiencias en la circulación sanguínea en el interior del pene.

Durante este examen, se porá inyectar una medicina vasoactiva en el glande (inyección intracavernosa) para producir una erección.

“Si estos fármacos provocan erección, posiblemente indicaría que no hay problemas anatómicos a ese nivel, y tampoco de funcionamiento en las estructuras vasculares y nerviosas”, apunta.

Se evalúa en ese momento la firmeza que alcanza el pene y cuánto tiempo dura la erección. De igual modo, se prescribirá estudiar las erecciones nocturnas.

Mediante una especie de anillo de plástico que se coloca alrededor del pene se determina si el paciente goza de erecciones mientras duerme.

“Las erecciones nocturnas demuestran que el varón es o no físicamente capaz y que su DE estará vinculada en mayor o menor medida a un problema psicológico o emocional”, estipula.

::: El camino recto hacia la erección sana y saludable :::

“Afortunadamente -menciona-, hay muchas soluciones que intentan derrotar a los villanos de la disfunción eréctil: para empezar, dejaremos de fumar, evitaremos las bebidas alcohólicas y a zucaradas, realizaremos ejercicio físico diario y una dieta rica y saludable”.

Si es el caso, en la terapia psicológica abordaremos los problemas emocionales y de relación de pareja que contribuyan a la disfunción eréctil; una orientación profeisonal muy útil para mejorar la función sexual.

Ciertos medicamentos ayudan contra la disfunción eréctil. Pueden ser orales, inyectados o aplicados directamente sobre la piel del glande o en la uretra.

“Los orales sildenafilo (Viagra), tadalafilo (Cialis) y vardenafilo (Levitra) mejoran la función eréctil al aumentar el flujo de sangre en el pene”, indica la uróloga.

Las inyecciones en el glande (alprostadilo) o intrauretrales (líquido que se absorbe a través de la uretra) pueden inducir una erección inmediata. La aplicación a nivel cutáneo originará una erección pasados 8 ó 10 minutos y podría durar 30-60 minutos.

En cualquiera de los casos es pertinente, atractivo y necesario tanto el deseo como el juego sexual previos.

“Los fármacos usados en esta magia requieren, sí o sí, cuestiones preliminares. No son actos de automatismo. El deseo sexual es fundamental, tanto en el paciente como en su pareja”, sostiene la Dra. Carmen González Enguita.

Siempre son fármacos bajo prescripción médica.

“Y más allá de que el paciente pueda o no recibir los tratamientos en función de su salud general, estos medicamentos pueden generar ciertos efectos que debemos tener muy en cuenta, aunque sean de escasa relevancia clínica (rubor, calor corporal, cefaleas y dolores musculares o de espalda)”, especifica.

Con los dispositivos de vacío se consiguen erecciones al llevar sangre hacia el pene usando un tubo o bomba de vacío y un anillo elástico alrededor de la base del pene que genera y mantiene la erección.

“Con el tubo, a modo de botella,se consigue que la sangre fluya como la vida hacia los cuerpos cavernosos del glande… Allí se retiene a través del anillo de comprensión”, describe.

La terapia con “ondas de choque” directas sobre el pene configura un posible tatamiento contra la DE.

En casos extremos se puede recurrir a la cirugía: se implanta un dispositivo protésico en el pene que permite lograr la erección “siempre que lo desea el varón”.

“El más conocido es un sistema hidráulico que, mediante una bomba que se coloca en el escroto (bolsa que contiene los testículos), llena la prótesis que sustituye a los cuerpos cavernosos. Se provoca la rigidez y se vacía al finalzar el acto sexual, obteniendo la flacidez habitual”, pormenoriza.

“El gran final de este espectáculo de magia se basa en hablar de la disfunción eréctil con naturalidad, sin esconder el problema detrás del telón de acero de la hombría; primero con uno mismo, luego con la pareja y finalmente con su médico o médica, tu urólog@ de confianza”, recalca.

“Con los apoyos adecuados y las herramientas correctas conseguiremos, juntos, que la magia vuelva a la vida y podemas disfrutar de una sexualidad satisfactoria. La valentía es afrontar la disfunción eréctil, la impotencia, sin pudor”, concluye la Dra. Carmen González Enguita.

Como dijo una vez Albert Einstein, “La mente es como un paracaídas, sólo funciona si está abierta”… Invitamos a todos los hombres que padezcan disfunción eréctil a considerar la importancia de hablar de su “problemilla o problemazo”.

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