La Corte bajo asedio

A LAS ORGANIZACIONES DE LA SOCIEDAD CIVIL:

"De la conducta de cada uno depende el futuro de todos": Alejandro Magno

a Suprema Corte de Justicia de la Nación pasa por un momento muy difícil por las presiones de dos bandos totalmente confrontados: el Poder Ejecutivo y MORENA, por un lado; por el otro, la oposición política y ciudadana. En este ambiente de tensión debe tomar decisiones que afectarán al país, con un agravante: la situación irregular de la ministra Yasmín Esquivel Mossa (YEM).

Además de las serias dudas sobre la autoría de su tesis de licenciatura, ahora YEM también es cuestionada por su tesis de doctorado, según lo reveló una investigación del periódico El País. Ni el escándalo inicial, ni la carta enviada por 171 académicos reprochándole su falta de honestidad intelectual, le hicieron la suficiente mella como para que se retirara del cargo.

 

En vez de mostrar interés porque se limpiara su nombre, la distinguida Yasmín promovió y ganó un amparo para que la Comisión de Ética de la UNAM no siga con el análisis de las pruebas presentadas tanto por ella, como por Édgar Úlises Báez, supuesto autor original.

Desde luego, la UNAM apelará el fallo de la juez Sandra de Jesús Zúñiga, pero tal procedimiento tomará tiempo. Aun con el cambio de titular en la oficina del Abogado General de la máxima casa de estudios, los litigios no se resuelven de un día para otro.

 

He escuchado comentarios en el sentido de que YEM ya no cumple con uno de los requisitos para ser ministra de la Corte, a saber: gozar de buena reputación. Desde luego que la ha perdido, pero la ley no indica cuál es la instancia facultada para proceder legalmente a fin de removerla del cargo. Quedaría el recurso del juicio político, pero, nuevamente, tampoco se resuelve rápidamente, además de que MORENA tiene la mayoría en el Congreso.

Ciertamente entre los planes de la 4T no está que doña Yasmín deje el cargo; a estas alturas sería aceptar tácitamente la culpabilidad de la ministra Esquivel.

El desgaste profesional y personal de la ministra cuestionada es un precio que la 4T está dispuesta a poner en la mesa con tal de que YEM forme parte del Pleno para cuando en la Corte se estudien y resuelvan las controversias constitucionales interpuestas en contra del Plan B de la Reforma Electoral, el cual entró en vigor el día de ayer. La 4T necesita su voto.

El Plan B no es el único asunto de gran envergadura a resolver por la Corte en el corto plazo. Sin que hasta ahora sepamos cuál será la programación de asuntos a dictaminar, recientemente impulsada por la presidenta de la Corte, Norma Piña, seguramente la ley eléctrica estará en la lista de urgentes.

Admiro el silencio de la la ministra Piña, pues desde su ascención al cargo ha sido objeto de desprecios institucionales –como el del 5 de febrero- y hasta acusaciones sin fundamento. Desde Palacio Nacional la hacen implícitamente responsable de que “apenas llegó, se desató una ola de resoluciones a favor de presuntos delincuentes” y hasta la culpan de que los jueces se sientan “autónomos”, como si no hubiera separación de Poderes en este país.

¿Qué es lo que pretende López Obrador con tales declaraciones? ¿Demostrar que su amiga Yasmín ha cometido “pecadillos intelectuales”, en tanto que doña Norma forma parte de “la decadencia del Poder Judicial que viene del antiguo régimen (…) plagado de corrupción”? No ha habido hasta el día de hoy un solo señalamiento que ponga en duda la honestidad intelectual y profesional de la presidenta de la Corte; que no las compare, no son iguales.

Las acusaciones de AMLO tienen un propósito adicional. Ante la eventual declaración de inconstitucionalidad del Plan B, el presidente prepara el terreno para falazmente argumentar que no es que su reforma sea violatoria de la Carta Magna, sino que la Corte sirve a los intereses de los conservadores, los privilegios, los traidores a la Patria, etc., etc... Ya sabemos que don Andrés nunca pierde.

En medio de toda esta confrontación de poder y mezquindades, pido a la ministra Norma Piña y a sus compañeros en la Corte, que a los cientos de miles de mexicanos concentrados el pasado domingo en las plazas de todo el país, los vean como un grito desesperado:

¡No dejen morir nuestra democracia!

Leopoldo Mendívil

Colaboró: Upa Ruiz This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.

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