Educación Pública, el sueño de la izquierda...

TRA. LETICIA RAMÍREZ AMAYA, SECRETARIA DE EDUCACIÓN PÚBLICA:

"Cuando los inquisidores destruyen el saber, la virtud y el amor a la libertad, dejan a la sociedad en la ignorancia y el sometimiento": David Hume

Desde que fue designada, ha sido usted muy discreta en su gestión como titular de la SEP. Sin embargo, creo que es hora de que nos informe si comparte las asombrosas posiciones del doctor Marx Arriaga, director de Materiales Educativos, sobre los objetivos de la educación pública.

No es la primera vez que sorprende el doctor Arriaga. Su paso por la Biblioteca Vasconcelos dejó mucho qué desear; su intento de modificar en menos de un año todos los libros de texto fue fallido por la falta de coordinación y lógica.

En esta ocasión don Marx atrajo la atención por sus declaraciones sobre la participación de la iniciativa privada (IP) en la educación, durante el seminario virtual “Libros de texto gratuitos. Avances y retos de una nueva política” (22 de febrero) y sobre lo cual el periódico Reforma publicó amplias notas el pasado fin de semana.

Parece que el doctor Arriaga está atrapado en esta posverdad cuatroteísta, que tanto se distancia de la realidad.

Don Marx afirma que la IP “se ha dedicado a comercializar la educación”. Como todos sabemos, la IP financia a sus escuelas al hacerse cargo de instalaciones, mobiliario, salarios de los maestros, etc., etc. No son fundaciones de caridad; ofrecen un servicio y están en todo su derecho de cobrar por él. Es más, la participación complementaria de la IP en la educación está prevista por la ley educativa reformada en 2019 por la 4T.

Pide el doctor Arriaga que “el sueño de la izquierda se haga real, de que la educación, que la cultura llegue a todos los niveles socioeconómicos”. Mire usted, maestra Ramírez, tal sueño no es monopolio de la izquierda; es el sueño de todos los mexicanos. Sólo hay un pequeño detalle: los recursos del Estado -independientemente del gobierno en turno- no alcanzan para ello. No tenemos recaudación suficiente de impuestos, pero esa es otra historia.

Nada más veamos el caso del nivel secundaria. De las 40 mil 600 escuelas existentes atendiendo a seis millones 100 mil alumnos (INEGI), 14.3 por ciento son privadas. Si don Marx quiere que todas sean públicas, pues que le vaya echando cuentas a cuánto necesita para pagar algo así como a 70 mil maestros, además de construir y acondicionar cinco mil 800 planteles a fin de atender a 872 mil 300 chavos…

Más que pelearnos por si la IP participa o no en la educación, debiéramos poner atención a que “actualmente, seis de cada 10 secundarias públicas en México son telesecundarias” (www.gob.mx). No es culpa de la 4T, pero tampoco este gobierno ha disminuido el número de telesecundarias, porque no hay suficientes planteles, ni maestros, donde nuestros niños vivan por completo la experiencia del aprendizaje. Y tampoco hay recursos…

Otro gato, que el doctor Arriaga trae atorado, es la participación de la industria editorial privada en la producción de libros para secundaria. No entiendo por qué afirma que “las casas editoriales se manejan en la ilegalidad, comercializando libros de texto sin pasar por ninguna evaluación.” ¿Es en serio?

Es bien fácil soltar consignas, pero lo cierto es que la SEP no edita libros de texto para ese nivel y los niños necesitan libros… digo.

Por otra parte, ¿acaso don Marx no conoce el “Acuerdo por el que se emiten los lineamientos para la selección, adquisición y distribución de libros de texto gratuitos del nivel secundaria” publicado por el Diario Oficial de la Federación (12/02/21)?

Dicho acuerdo establece el procedimiento de coordinación de las autoridades educativas federal y estatal para filtrar los títulos; si son aceptados, se consideran como de texto gratuitos y se suben a una plataforma, desde donde los docentes “de forma libre” los escogen. Son gratuitos porque la SEP los compra a las editoriales en las cantidades necesarias, según las peticiones de los maestros.

Para mí que lo que le molesta al doctor Arriaga es que los maestros elijan “de forma libre” el texto que mejor consideran para su labor, en vez de tener un texto único que adoctrine a los niños en una sola visión del mundo.

Le sugiero, maestra Ramírez, que tenga a bien pasarle al doctor Arriaga copia del Acuerdo DOF 12/02/21 para que norme su trabajo.

De paso, dele la biografía de Tomás Torquemada, aquel fraile del siglo XV que empezó por quemar libros con los saberes de los clásicos y acabó por mandar a la hoguera a un montón de “herejes”…

Leopoldo Mendívil

Colaboró: Upa Ruiz This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.

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