Opinión

A mi hermano Sergio Octavio. Caballero de digna estampa.
 
En los últimos días el gobierno de la República ha demostrado perder el toque, el rumbo, la brújula. Esta dando golpes de ciego y no atina en sus políticas, existen áreas que por su burocracia se mantienen a flote pero no sabemos mucho de los logros, si es que los hay, ni de sus gestiones.

Dice el dicho que: “cuando el arriero es malo le echa la culpa a las mulas”…y en tales condiciones en México andamos dando tumbos y sin duda comenzamos con “dignidad” pero no con diplomacia y no sé en realidad si es mejor empezar con diplomacia en los tratos entre nuevos gobernantes que andan con la piel sensible y con graves conflictos internos o poner condiciones sobre lo que de nuestra parte se considera “dignidad” y

En memoria de mi amiga Maricela Oropeza Oaxaca 

¿El Presidente más criticado en la historia de México? Una mentira más; en todo caso el único quejumbroso, asiduo a victimizarse y culpar a sus antecesores de todos los males nacionales, dueño de una singular amnesia selectiva y cobrador de facturas políticas que es propaganda en cada homilía cuando lincha al de enfrente y estigmatiza al opositor, cuando no lo insulta y caricaturiza:

Sin lugar a dudas hasta ahora el Presidente de la República no sabe hacia donde llevar al país para evitar el desastre en que se pude convertir su administración. Nunca antes habíamos vivido una circunstancia como la que hasta ahora ha venido encabezando la mal llamada Cuarta Transformación. Los números no mienten, los indicadores plantean que el fracaso está a la vuelta de la esquina y pareciera que nadie de los

¡Albricias! Faltan dos días para que termine el mandato constitucional del presidente, Donald Trump, y por supuesto que es una excelente noticia, a la que debe agregarse una más como un imperativo para preservar a Estados Unidos y al mundo entero de un político soberbio, soez, corrupto, inepto y embustero contumaz. A Trump hay que cerrarle para siempre la puerta de la Casa Blanca.

"La señal más verdadera que podemos transmitir a nuestros sucesores es la serenidad constante que imprimen nuestros propios pasos, cuando en realidad tejen conciencia en la misión de viandantes"  La vida es un empuje permanente. Si no se le tomara como un cometido, dejaría de ser historia para convertirse en un abismo. Por eso, se requiere fortaleza para la ofensiva y vigilancia continua para tomar la orientación debida.