Opinión

Finalmente Andrés Manuel López Obrador decidió quitarse la careta del presunto demócrata y enseña la del autócrata que aspira al establecimiento de una dictadura de índole chavista en este país.

Quienes consideramos a la libertad y a la democracia como derechos fundamentales del ser humano, vivimos momentos sumamente aciagos y preocupantes. En todas las naciones del mundo se gestaron movimientos políticos disruptivos, ensalzando banderas muy populares que reivindican injusticias añejas y profundamente arraigadas en el inconsciente colectivo, con miras a generar bases electorales amplias y sólidas, para obtener el control del poder político de las naciones. 

A los 83 mil muertos por la pandemia, al impacto del huracán Delta, a la torpeza de desaparecer los fideicomisos, se suma la enorme pérdida física de un prohombre nacional, Mario Molina,