Resentimientos Personales desde Palacio contra el INE

Para variar, en la mañanera un presidente absolutamente irracional y perdido de sí, arremetió contra el INE con mentiras, mismas que la niña que no sabe leer y que él

dice que no dice mentiras, callaba, la que cínicamente solapa las del presidente, faltaba más, sin decir que está mintiendo.

Lo que no se esperan es el juicio de la historia, que tarde o temprano, evidenciará esos ataques histéricos del presidente en contra de todo lo que no depende de él y, todo lo que contradiga su sagrada voluntad y sus designios, pero hay cosas que no comprende, precisamente por esos ataques de irracionalidad - irascibles pues - de que va presa con mayor frecuencia.

Dice la conseja popular que con los años los defectos se acentúan, y todos aquellos defectos que fueron pasajeros en la juventud, en la senectud resaltan notoriamente. Lo grave es que surjan del fondo de un hombre poderoso, aún más, que proceda de un hombre cuya responsabilidad debiera ser la ecuanimidad para privilegiar la justicia, el respeto y el interés superior de sus gobernados - que acaso es mucho exigir respeto - pero cuando un hombre con poder no controlar sus impulsos, sus ocurrencias, sus resentimientos y sus rencores, la Patria se fregó.

para que cualquier individuo que apenas sabe leer y que sin saber historia, más allá de aquella aprendida entre las sábanas, así pueda creer que el conocimiento se aprende por ósmosis. Insistió en lo que todos sabemos, echarle la culpa al pueblo, decir que el pueblo quiere la revocación, pero usted necesita lo contrario, la ratificación y miente, con el cuento de que es el “pueblo” el que pide la revocación de mandato, cuando todo el pueblo sabe que la campaña de MORENA es de usted y en favor de usted y es usted, el presidente, quien habla de “ratificación” de mandato quien lo pide, no el pueblo, señor presidente, a usted le urge sentir que los mexicanos lo aprueban, no le resultó suficiente el ejercicio que usted mismo inició con el “juicio a expresidentes” que costó mucho y resultó un fiasco. Sus ataques contra el presidente del INE, organismos autónomos y contra las leyes que impiden los abusos del presidente de la república desde Palacio lo traen pinto, se le nota, lo transpira cuando tartamudea, batiendo la manita y paseando la mirada extraviada por el auditorio, en busca desesperada por encontrar signos de aprobación , que subraya con su famosa risa socarrona. No señor ternurita, serénese, las cosas no van bien, ni se corrigen de ese modo.

Ubíquese señor presidente, ya que le gusta leer – dice – sepa que no dar presupuesto para las tareas al INE o al poder Judicial o a los organismos autónomos y exigirles que cumplan, para que lo entienda, es exigirle a su cocinera – por más doctorados que tenga – que le dé de comer, porque es su obligación, sin darle dinero. En latín se llama “Ad impossibilia nemo tenetur” nadie está obligado a lo imposible. La revocación de mandato es tan trascendente como una elección presidencial, acaso usted lo sabe lo intuye o lo conoce para que no nos venga a decir que eso no cuesta, no señor, el artículo catorce constitucional – como los catorce años que tardó en estudiar su licenciatura para que no se le olvide – referente al principio de irretroactividad de la ley. La ley salió después de que usted tomara posesión del cargo de presidente, entonces debiera saber que usted tiene la obligación de cumplir su periodo para el cual fue electo, eso lo juró frente a millones de mexicanos – por qué cree que la reina Isabel no abdica en favor de su hijo, porque como mujer, honra su palabra y juró a los ingleses gobernarlos hasta la muerte – y por tanto los cumple, ni un minuto más, pero tampoco ni un minuto menos, así que serénese ternurita, y no ande despilfarrando el dinero de los mexicanos en ocurrencias estériles. Que nomás abonan a su persona y a su sucesión, cuando viola la constitución.
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