2015, LA REALIDAD

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Con el primer gasolinazo para recordarle a los mexicanos que ya estaba en vigor la cuesta de enero, donde la SHyCP recetó aumentos del 0.26 y 0.27 por ciento para la magna y el diésel y la premium, respectivamente -dejando el precio del litro en $13.57 y  $14.20 para el primer caso y $14.38 el segundo-, el gobierno de Enrique Peña Nieto y su partido en el

poder buscarán ganar nueve gubernaturas, obtener la mayoría en la Cámara de Diputados, tratar de imponerse en más de mil ayuntamientos y salir a la cabeza en 17 congresos estatales, además de intentar hacerle mella a la oposición en las 16 delegaciones del Distrito Federal.

El 2015 es un año electoral, el cual servirá para que el presidente Peña reciba la calificación a la mitad de su gobierno y donde estarán a prueba las reformas que siguen siendo el principal sustento de las campañas oficiales de la Federación y, las cuales, se aseguran son la panacea para el pueblo mexicano. 

La reforma energética, se vuelve a repetir, vendrá a reflejarse en miles de empleos bien remunerados para los coterráneos y servirá la misma para atraer inversiones de grandes empresarios del ramo, lo cual se antoja harto difícil, dado que el precio de la mezcla mexicana, hasta el 2 de enero, se cotizaba en 44 dólares y fracción, cayendo más de un 50 por ciento, al precio que estuvo hace más de 9 meses. 

El decreto que permitió este último gasolinazo dejó abierta la puerta para que el presidente Peña pudiese aplicar otra alza al precio de las gasolinas, no obstante que está en el extranjero a precios muchísimo más baratos, ante el decremento en el precio del petróleo, pero apresuradamente la Secretaría de Hacienda aclaró que, esa es su facultad, pero que no la piensa ejercer. Se advierte si hay una "volatilidad en el mercado", pero, ¿quién a estas alturas le cree esta afirmación?

Ahora bien, sí es cierto que habrá un respiro en el cobro de las tarifas telefónicas, dado que desaparece la concerniente a la larga distancia para los aparatos fijos y los móviles. Se habla de que habrá un ahorro del orden de los 19 mil millones de pesos, pero, las empresas del ramo de telecomunicaciones ya están urdiendo planes para que no haya control sobre el gasto que realizan los mexicanos en el uso de la telefonía porque, a decir verdad, la gente hace una recarga y minutos después ya no tiene saldo. 

Desde luego que el usuario de la telefonía celular, por decir un caso, no va a demandar a una compañía por  diez, veinte o treinta pesos que le absorba, indebidamente una empresa del ramo y si se atreve a hacerlo, empleados de la PROFECO lo mandarían a freír espárragos a otro lado y desoirían su queja. En otros países, naturalmente, no es así, hay respeto al consumidor, pero en México, ¡pamplinas!

En fin, la realidad de este 2015 se reflejará en una aprobación para el régimen de Enrique Peña y por ello, el PRI tendrá que esforzarse porque, en el mejor de los casos, ante el rechazo que se ha generado por los escándalos de corrupción presuntamente por lo de la "Casa Blanca", la casa de Luis Videgaray, los contratos a modo para la empresa Higa, etc., etc., así como el fantasma de los 42 desaparecidos de Ayotzinapa, mejor el mexicano no acuda a votar y saquen triunfos en las urnas ante la inercia de los votantes. 

Tarea difícil para el priismo y para su dirigente, aún, César Camacho Quiroz, a quien ya muchos le están tocando las golondrinas ante el relevo inminente y cambios en el gabinete presidencial. 
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