Nadie puede estar a favor de la violencia como el medio para solucionar nuestras diferencias, en ningún lugar del mundo se ha demostrado que sea el camino para finalizar los conflictos; dentro del estado democrático en el que vivimos es inaceptable cualquiera que sea su origen y manifestación. Bajo esa óptica es como debemos de atender las próximas
elecciones. Los actos de violencia sólo nos frenan como país, nos detienen ante el desarrollo.
Estas elecciones representan una alta prueba para las instituciones mexicanas, instituciones que han sido construidas teniendo como eje principal a nuestras libertades y el uso de instrumentos como la política, el debate, el acuerdo, la experiencia, lo que ha permitido entre otras cosas salir avante con las pasadas reformas constitucionales.
Lo que ha estado ocurriendo en Guerrero y en Michoacán es un ejemplo de lo que no debemos permitirnos como un país de instituciones, inclinarlos al boicot de uno de los mecanismos que hemos construido como mexicanos como es el derecho a votar y ser votados no nos garantiza mejores resultados en las demandas que se tengan. La misma sociedad, como el elemento más importante de cualquier acción pública, dejó en claro su repudio a estos actos, ahí está la escena donde vemos a ciudadanos defendiendo las instalaciones del Instituto Nacional Electoral en Acapulco ante el intento de maestros de cerrar las operaciones del inmueble y detener el trámite de entrega de credenciales para votar.
Pero esta responsabilidad tiene dos vías, por un lado, los grupos de la sociedad que deben de hacer uso de nuestras instituciones para la canalización de cualquier solicitud y por el otro de nuestras autoridades quienes tienen el encargo de la aplicación irrestricta de la ley.
En tiempos remotos nuestras diferencias eran atendidas a través de las armas, del enfrentamiento directo, pero eso ha quedado atrás y hemos arribado a un país de leyes e instituciones, no podemos hacer un lado que la gran mayoría de las y los mexicanos demandan el cumplimiento de las leyes como una vía para avanzar hacia mejores condiciones de vida. Los cambios que presenciamos en nuestro país aseguran nuevas oportunidades para los ciudadanos; las próximas elecciones reforzarán la idea de vivir en un México dónde la armonía y el estado de Derecho seas los protagonistas.
Que las instituciones hagan su labor, que aseguren elecciones transparentes, que se aseguren que quienes van a representarnos cuenten con la experiencia para el cargo al que se postulan, que se eviten las penosas escenas que vivimos en el caso de Iguala, Guerrero; pero que también los grupos de la sociedad, que la ciudadanía haga su parte, que salga a ejercer su derecho a elegir, que se haga llegar de información, que se conozcan las ofertas de cada candidata y candidato, que se les dé seguimiento en su cumplimiento, pero siempre, siempre a través de las medios adecuados para canalizar nuestras inconformidades, así estaremos asegurando unas elecciones en paz.
*Doctor en Economía
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