El Gabinete y la Tuta

CONGRESO MEXICANO

Derivado de una ardua investigación desde hace algunos años se tuvo como resultado la detención de uno de los criminales más buscados en los últimos tiempos y cuya organización mantenía secuestrada a Michoacán. Basta recordar que durante todo el sexenio pasado no sólo no se le dio alcance al delincuente en cuestión, sino que la violencia recrudeció en muchos aspectos. Esta acción debe ser inscrita en la lista de cosas que van en la ruta adecuada en nuestro país. Para el caso de Michoacán ahora se debe de trabajar duro para recomponer el tejido social que la violencia ha desgastado. La aprehensión de uno de los mayores delincuentes debe de ir acompañada de un trabajo serio de fortalecimiento de las instituciones, de la sociedad, de las políticas, de los resultados.

Durante los dos anteriores sexenios la estrategia estaba únicamente dirigida a reducir la violencia con más policías, más armamento, más fuerza del Estado -lo cual era sólo un lado de la solución- misma que debió de acompañarse con políticas que entendieran, describieran y sobre todo atendieran aspectos sociales y económicos de la población. Debíamos de pasar de colorear la realidad para agradar a la opinión pública a reconocer a nuestros problemas por más grandes y complejos que fueran. Con esta detención el papel del Estado no puede ceñirse a la pasarela de delincuentes en los medios de comunicación, se deben romper las inercias bajo las que operan los delincuentes, atender con políticas de continuidad, como lo estamos atestiguando.

Por eso a nadie debe sorprender que éste sea un gobierno distinto, de frente. En ese sentido es que se inscribe, también, los cambios que estamos viendo en el gabinete federal, que no representan más que las necesarias renovaciones institucionales de cualquier gobierno y país. Se nos está demostrando que gobernar también significa realizar ajustes y de ser necesario renovación de cuadros.

El gobierno federal lleva dos años y medio de administración, quedan más de tres años para atender aquellos temas que aún están pendientes, los cuales estoy cierto que podremos verlos materializados siempre y cuando haya unidad en el actuar, sumado al reconocimiento de lo que nos falta como país, como dejó constancia nuestro Presidente Enrique Peña Nieto en una entrevista al Financial Times, en la que señaló que “hay sin duda, una sensación de incredulidad y desconfianza... ha habido una pérdida de confianza y esto se ha demostrado en la sospecha y la duda”. Agregaría que esta desconfianza a todo lo que huele al aparato público proviene de la falta de resultados que se han presentado en el pasado, pero estamos ante un gobierno que tiene como herramienta política la capacidad de llamar a las cosas por su nombre y esto le ha permitido arrojar mejores cuentas.

*Economista y Doctor en Finanzas

Contacto en redes

@luisdavfer

Facebook

Page/LuisDavidFernándezAraya