Políticas locales de desarrollo

CONGRESO MEXICANO

México abandonó desde hace 40 años las políticas de desarrollo, aquellas que llegaron a asegurar un crecimiento con certidumbre, con oportunidades y nichos de mejora, bajo un marco de seguridad jurídica.

Pero nos hemos quedado en el diseño legal, es decir, no pasamos de cambios jurídicos que no se traducen en resultados tangibles. Así lo deja demostrado la cotidianidad de servicios que las y los ciudadanos recibimos como en el municipio mexicano, el primer contacto con la ciudadanía. Donde ante un escenario nacional y mundial de alta complejidad seguimos aplicando las políticas de siempre, creyendo que por arte de magia mejoraremos en la capacidad de gestión, de fortalecimiento institucional, de planeación regional y urbana y de su capacidad hacendaria.

Es cierto, la aplicación de nuevas políticas y la transformación del municipio hacen necesario el conocimiento de contenidos de las reformas jurídicas realizadas, no sólo respecto a lo que establece el artículo 115 constitucional, sino conocer los alcances de los otros artículos la máxima ley como el 3º, 27 y 79, que al final se traducen en una gama de más de 150 leyes federales en las que el municipio participa en coordinación con la entidad y la federación, opinando, promoviendo, regulando, construyendo bases tan necesarias para el desarrollo.

Pero llevar el timón de un municipio requiere de algo más que conocimiento de estos artículos, si queremos que estas se traduzcan en verdadero desarrollo debemos de comenzar por comprender las posibilidades de su aplicación, que van desde políticas económicas de desarrollo como la de aguas nacionales, asentamientos urbanos, comercio exterior, desarrollo rural integral (abasto y comercialización de alimentos), presupuesto y responsabilidad hacendaria, micros, pequeñas y medianas empresas, turismo y zonas fronterizas.

También es de su responsabilidad contar con elementos de conducción de gobierno, desde lo agrario, la rendición de cuentas, transparencia y elementos de fiscalización oportuna y moderna, mecanismos de promoción internacional, responsabilidad de los servidores públicos y hasta de seguridad nacional.

Sus políticas, por supuesto no deben abandonar el aspecto social como es el cambio climático, la cultura física y el deporte, la educación, el equilibrio ecológico, políticas laborales, manejo de residuos, la seguridad social, el reconocimiento a los pueblos originarios que dan identidad y sentido de pertenencia.

Este es apenas un listado general de lo que cualquier municipio mexicano debe contemplar en sus políticas de desarrollo. Porque cuando los presidentes municipales acompañan a sus gobiernos de la serenidad de la ignorancia, no debe sorprenderles que hasta sus partidarios abandonen sus filas, es sólo un ejemplo de las consecuencias de omitir políticas de desarrollo.

Dr. Luis David Fernández Araya

*El Autor es Economista y Doctor en Finanzas, Profesor Investigador de Varias Instituciones Públicas, Privadas y Funcionario Público.

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