La lucha presidencial

"La experiencia, señor, la experiencia política".
Del libro “Palabras Mayores”. de Luis Spota.

Desde hace algunas décadas la lucha por la sucesión presidencial se ha venido adelantando a los tiempos políticos.

Durante el priato, los tiempos, las formas y el candidato eran decisiones que le correspondían al Presidente de la República, hasta que llegó Ernesto Zedillo y abrió un juego para satisfacer a los opositores del PRI, un año antes.

Francisco Labastida y Roberto Madrazo contendieron en un Proceso Interno de Elección de Candidato Presidencial. Era una idea innovadora, moderna y democratizadora. La estructura territorial, sectorial, institucional se volcó por Labastida y éste ganó la elección interna.

Ya en la elección presidencial la historia fue otra, el PRI perdió la contra Vicente Fox. Pero esa es otra historia.

Desde ese proceso electoral del año dos mil, la forma y el fondo sucesorio cambió, especialmente con el PAN en el poder. Fox intento imponer a Santiago Creel pero Felipe Calderón con toda la prosapia panista y su militancia desde la juventud, le dieron una amplia victoria.

Calderón en la presidencia comenzó a trabajar, desde el principio del sexenio, el proyecto de Juan Camilo Mouriño, quien en su función de Secretario de Gobernación falleció en un trágico accidente aéreo.

El destino llevó a Josefina Vázquez a ser la candidata del PAN, no de Calderón quién sin opciones para sucederlo tuvo que ceder a la mujer política que tenía presencia nacional, reconocimiento en el PAN y en los grupos de poder.

Enrique Peña Nieto ganó la elección, su gabinete comenzó a trabajar por partitura, es decir con orden, armonía y disciplina. Todo iba bien hasta que los casos de la “Casa Blanca”, la matanza de Ayotzinapa y la pésima comunicación del gobierno lo descarrilaron.

La presunta corrupción y la frivolidad del presidente y su círculo más cercano fueron generando fricciones a tal grado de que existen persepciones de que Luis Videgaray operó para que el PRI perdiera en eleciones estatales y, así, quitar de la presidencia del PRI a Manlio Fabio.

Una serie de errores personales, malas decisiones y deficiencia en las acciones del gobierno, así como una lucha intestinal entre Videgaray y Osorio, obligaron a Peña Nieto a decantarse por José Antonio Meade.

En este gobierno morenista parece que la lucha política va en serio y con todas sus consecuencias. Desde mi perspectiva, estos son los integrantes del gabinete que están en el juego por la presidencia.

Marcelo Ebrard es sin duda el político con más experiencia en el manejo de crísis, altamente disciplinado, extremadamente trabajador. Casi todas las crisis que ha tenido este gobierno, lo ha resuelto satisfactoriamente.

Claudia Sheinbaum, es la discípula de Obrador, su leal compañera, escudera, la más dogmática del movimiento, tanto así, que Andrés Manuel ha tenido que darle sendos respaldos para salvarla de la crítica por la pésima gestión que ha tenido en temas de la ciudad .

Ricardo Monreal es un político muy experimentado pero representa, con fidelidad, las formas más arcaicas, autoritarias y tramposas de la vieja política. Su maniobra para que la alianza “Va por México”, pusiera a una colaboradora de él, como candidata a la Alcaldía de Cuauhtémoc, es un botón de muestra de su estilo de hacer política.

Zoe Robledo es el operador en silencio, el que saca a flote sus cualidades en el momento necesario. Político joven, disciplinado, moderno e innovador. Su paso por la Secretaría de Gobernación y la buena mano que ha demostrado en el Seguro Social, lo pueden colocar, en una eventualidad, como candidato a la presidencia por Morena.

Todos han tenido serios desgastes en sus funciones, pero lo que más va a generar un choque de trenes es lo sucedido en el derrumbe de la línea 12. Claudia no está dispuesta a pagar la factura por la desgracia que, desde su perspectiva, no es su responsabilidad.
Marcelo está en el ojo del huracán. El reportaje publicado en la primera plana del periódico estadunidense “New York Times”, es un golpe en la línea de flotación de la imagen y prospectiva de Ebrad.

Fuentes cercanas al Palacio del Ayuntamiento, aseguran que la información sobre la construcción de la línea 12 estaba clasificada hasta para después del 2024, y que la única mano que tiene la llave del candado, es la de Claudia.

La lucha está abierta y Andrés Manuel lo sabe, por ello su intervención de hoy diciendo que alguien o algunos quieren echar a pelear a su gallo y gallina. La traición de Ricardo prácticamente lo saca del juego, habrá distancia, enfriamiento, Monreal lo sabe pero está dispuesto a correr el riesgo, finalmente su corazón tricolor ha vuelto a latir.
Falta mucho para que dentro de poco se corra el velo y veamos cómo López Obrador transita por el escabroso camino de elegir a su sucesor.