La Guerra Interminable de las Policías contra la Sociedad

A un día de estar celebrando los 210 años de que comenzó la lucha de Miguel Hidalgo y Costilla, y los demás insurgentes para lograr un México Libre de la opresión y la tiranía; en la actualidad, la sociedad sigue luchando por erradicar la violencia y la incapacidad policial para atender los problemas del país.

 Lo hemos dejado claro en notas pasadas, la función principal de todas las policías es erradicar y prevenir la delincuencia; velar por el bien común; pero sobre todo, cuidar a la sociedad y proteger sus derechos humanos.
 
Pero estas obligaciones o funciones han sido olvidadas en México por los cuerpos policiales, se ha perdido el propósito por el cual fueron creadas, pues siguen aumentando los casos de uso excesivo de la fuerza pública, las torturas, los tratos inhumanos y degradantes, las desapariciones forzadas de personas, el abuso de poder, y todas aquellas conductas inimaginables en contra de la sociedad a la cual juró defender la policía.
 
También se suma, la omisión, la incapacidad y la opacidad de los superiores jerárquicos de los cuerpos policiacos de trabajar en erradicar ese mal que aqueja a la sociedad.
 
Agregamos los discursos sin sentido y las politiquerías -forma de gobernar en gran parte del país en todos los niveles de gobierno-, como de abrazos y no balazos, que de ninguna manera servirán para erradicar ese grande mal que tanto afecta a la sociedad ni para sancionar a los servidores públicos -policías- que cometieron actos en contra de los gobernados.
 
Lo que sí, vemos y escuchamos un doble discurso del gobierno y de las autoridades; por un lado, públicamente se afirma que los policías no deben reprimir a la sociedad; y por el otro, de forma velada y confidencial se ordena lo contrario, en el mejor de los casos, los superiores de los policías prefieren voltear la mirada hacia otro lado, pero en algunos casos ellos mismos están relacionados.
 
Además, he sostenido que todo es parte de una cadena de cosas y acciones sin resolver y atender, aunque existen instrumentos internacionales incluso nacionales que regulan el actuar de los policías frente a los gobernados -no al pueblo- sino a todos los gobernados, pero estos simplemente no los aplican.
 
Este problema de la policía contra la sociedad ha continuado a lo largo de los años, por la simple razón de que no ha habido consecuencias categóricas por todas sus acciones ilegales.
 
Aunado, a que los titulares de las corporaciones policiacas toleran y encubren ese tipo de acciones, incluso son ellos mismos quienes exigen a sus subordinados actuar de esa forma ilegal y arbitraria.
 
Si esto sigue sucediendo, será un incentivo más para que la delincuencia de su mejor esfuerzo para hacer de la ciudadanía lo que quiera, incluso matarla y torturarla sabiendo que la autoridad policial hace lo mismo con sus ciudadanos sin ninguna consecuencia.
 
Pero resulta que la sociedad debe pelear por su sobrevivencia entre la delincuencia y el actuar de la policía. Aún y cuando olviden que nosotros somos quienes pagamos los sueldos de esos mismos policías que nos torturan o usan el poder o sus atribuciones para causarle daño a la sociedad.
 
Pareciere que en estos momentos, los policías se encuentran desentendidos de sus funciones, se encuentran deshumanizados, y en guerra contra la sociedad, cuando en esto último tendría que ser contra la erradicación y prevención de la delincuencia.
 
Deben comprender los superiores jerárquicos que el desatender su responsabilidad en la supervisión de sus subordinados constantemente y dejarlos hacer lo que quieran, aún y cuando sea en contra de la sociedad y cometiendo delitos sin que pase nada, es también corrupción de estos mandos por lo que deben ser juzgados, y no quedar en un simple levantamiento de hombros negando saber algo.
 
Vemos a los titulares de las corporaciones policiacas o de los gobiernos sacando fotos de presuntos delincuentes para el linchamiento mediático, vulnerando la presunción de inocencia, aunque luego sean liberados por resultar ser inocentes; pero no vemos que dichos titulares o gobernantes expongan en medios de comunicación fotos o videos de sus policías donde se les observe cometiendo actos ilegales como tortura, desapariciones forzadas, detenciones ilegales, etc.
 
Luego entonces, se vuelve a insistir en la creación urgente de una Ley General que aplique a todos los cuerpos policiacos federales, estatales y municipales, para que obligue a estos a grabar sus actuaciones, solo así se podrán disminuir dichos actos ilegales, porque de lo contrario siempre habrá incertidumbre o imposibilidad de acreditar los actos de la policía en contra e incluso a favor de la sociedad.  
 
En estos días hemos tenido dos ejemplos claros de las consecuencias de que los policías no graben sus actuaciones, y por supuesto, de que sigan cometiendo actos ilegales en contra de la sociedad, tal como si estuvieran en guerra con todos nosotros.
 
El primer ejemplo son los hechos aparentes de violencia injustificada, abuso de autoridad, y uso indebido de la fuerza letal cometidos por elementos de la Guardia Nacional en contra de civiles en Chihuahua.
 
Y es que el 8 de septiembre, elementos de la Guardia Nacional al parecer dispararon de manera injustificada a Yesy Silva (muerta) y Jaime Torres (hospitalizado), una pareja de productores de nuez en Chihuahua, que participaban en el movimiento por el control de la presa La Boquilla.
Sobre esos hechos existen cuatro versiones entorno a este asunto, -la primera: los productores agrícolas del sur del estado  aseguran que miembros de ese cuerpo policíaco le dispararon a la pareja durante el conflicto.
 
-La segunda, es que la pareja fue interceptada por los miembros de la Guardia Nacional en el camino hacia su domicilio, específicamente en una gasolinera, fuera del conflicto. Testigos de esta versión aseveraron que los elementos que dispararon iban en las patrullas con escudos de la Guardia Nacional con los números GN332343 y GN332340.
 
-La tercera versión, es que la pareja se dirigía a su comunidad de Lázaro Cárdenas; y que antes de ser asesinados fueron perseguidos por al menos dos vehículos no identificados.
 
-Una cuarta versión, fue dada por la Guardia Nacional el mismo 9 de septiembre en su cuenta de twitter, al manifestar que sus policías repelieron agresiones de los pobladores, resultando una persona fallecida y otra herida. Argumentando que fueron detenidas tres personas que portaban granadas de gas lacrimógeno y un cargador de un arma de fuego, tratando de justificar sus acciones.
 
El segundo ejemplo  son las actuaciones ilegales de los policías del Estado de México, con motivo de que un grupo de feministas tomaron las instalaciones de la Comisión Estatal de Derechos Humanos del Estado de México, en Ecatepec.
 
El pasado jueves por la noche, elementos de la policía desalojaron a las mujeres y hombres que se encontraban en posesión del edificio, pero en ese operativo se acusan a los elementos de la policía de utilizar de manera excesiva la fuerza pública, inicialmente se les acusó de la desaparición forzada de una de las mujeres que fue detenida, y después de la presión de los medios de comunicación apareció en una de las oficinas de la Fiscalía.
 
Como siempre, existen varias versiones de lo sucedido una de las mujeres detenidas denunció maltratos por agentes de la policía, durante el desalojo y la detención. Precisaron que uno de sus miedos más grandes es que fueran desaparecidas ya que las autoridades del Estado de México así actúan. Que no llegaron al diálogo, llegaron a levantarnos.
Una de las grabaciones que hicieron las mujeres en la que se prueba la violencia de los agentes, incluso con periodistas que se habían acercado al lugar.
Según el periódico “El País” reportó que:  “policías rompieron los cristales del coche de una reportera cuando ya se marchaba. Fue un grado de violencia no solo física, sino también verbal. A una compañera la agarraron por su gafete de prensa que llevaba en el cuello y le dijeron que (no les importaba que fuera prensa, que la iban a matar”, explica Andrea Murcia, fotógrafa que cubría los hechos la madrugada de este viernes”.
Lo que definitivamente es cierto, es que la policía del Estado de México es una de las corporaciones policíacas a nivel nacional que más se conduce fuera de la ley, sin ninguna consecuencia para dichos servidores públicos por los que se encuentran motivados por la impunidad de sus acciones.
Los anteriores casos son una gran muestra de la realidad de lo que sucede todos los días en el país con los cuerpos policiacos, y lo que comprueba lo que hemos venido diciendo en nuestras notas pasadas, de que es urgente comenzar a trabajar en la implementación de una Ley General de aplicación nacional incluso de impacto militar -cuando estos estén realizando actividades de seguridad y sus acciones estén relacionadas con hechos que afectan directamente con la ciudadanía-, para regular la actividad de estos incluso que se les obligue a grabar todas sus actuaciones.
 
Esta ley general no debe ser otra más, debe ser obligatoria y vigente, de tal magnitud que obligue a todas las corporaciones policíacas a adiestrar a sus policías para que sepan cumplir con sus funciones sin abusar de su autoridad, ni aplicar uso excesivo de la fuerza, torturas o tratos crueles inhumanos o degradantes, y mucho menos participar o realizar desapariciones forzadas.
 
También exigir a todos los gobiernos doten a los policías de todas las herramientas -infraestructuras- para que cuenten con mejores equipos y todos tengan cámaras para grabar sus actuaciones, aplicándoles sanciones cuando no lo hagan.
 
Sin omitir, que deben aplicarse sanciones a los titulares de la corporaciones policiacas por las omisiones en las que incurre por no capacitar y obligar sus policías a no vulnerar derechos humanos o actos ilegales, y por no estar al pendiente de las acciones y conductas de sus subordinados.
 
Ojalá podamos tener eco pronto, solo así avanzaremos en el camino fangoso para alcanzar a cambiar y transformar a los cuerpos policiacos que tenga como único fin en sus acciones, proteger y defender a la sociedad.