Guerrero en la ingobernabilidad

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Guerrero expectante y en la zozobra. Con seguridad, los guerrerenses, están preocupados (y no es para menos), porque este viernes 24 de abril, venció la licencia de Ángel Aguirre Rivero como Ejecutivo estatal; y solo se hablaba de su inminente regreso, hecho que quedo claro al presentar su licencia definitiva de separación al cargo.

  Sin embargo, el tema aún se encuentra inmerso en las múltiples versiones que han ido surgiendo, no obstante, la que más sonó fue el que,  Ángel Aguirre Rivero regresaría, sólo para sacudirse al actual gobernador interino Rogelio Ortega y por ello se dificulto la ratificación del mismo en su cargo desde el pasado viernes 24 de abril por el Congreso Local.

 Se filtró otras opinión  de que fue Marcelo Ebrard quien acompañó y avivó el propósito de Aguirre, de regresar al gobierno, con la idea de volver, para hacer una “limpia”, y para ello, de inmediato, designará al senador Sofío Ramírez, como su secretario de Gobierno y luego, pedirá una nueva licencia (ahora definitiva), por los cinco meses restantes, dejándolo como el nuevo gobernador interino, por ser hombre de toda su confianza.

Y es que, se cumplieron ya seis meses del permiso que Ángel Aguirre solicitara, el 23 de octubre de 2014,  y aunque su argumento para irse, fue porque no quería entorpecer las investigaciones de los hechos acontecidos en Iguala, el 26 de septiembre, en los que perdieron la vida seis personas y desaparecieron 43 normalistas de Ayotzinapa, lo cierto es que, lo que se ha esclarecido durante este tiempo, es el desvío de recursos detectado en las cuentas del erario, relacionado con el lavado de dinero, y por ello, se encuentran ya en prisión, su hermano, Carlos Mateo Aguirre Rivero y el que fuera su subsecretario de Finanzas y Administración, Víctor Hugo Ignacio Hughes Alcocer.

Lo cierto, es que no se trata de levantar la mano para tomar o dejar el gobierno, sino de asumir la responsabilidad de recuperar la paz, la confianza y la credibilidad de la gente en sus autoridades, y desde luego, la planta productiva, que se ha visto severamente disminuida desde la desaparición de los estudiantes normalistas, pues de acuerdo con Rodrigo Alpízar, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) de septiembre a la fecha, más de mil 300 negocios han cerrado en ese estado.

Es al Congreso del Estado, a quien le corresponde, velar por los intereses del pueblo de Guerrero, al tomar la decisión sobre quien, concluirá este periodo de gobierno.

A menos de dos meses de celebrar elecciones en todo el país, para diputados locales, delegados, presidentes municipales y en nueve entidades, entre ellas, Guerrero, para gobernadores, vemos que el ambiente político guerrerense, en particular, está que arde, y que no se debe perder de vista, tampoco, la amenaza latente de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG), para boicotear los comicios del 7 de junio próximo.

En otra de las versiones, se dice que Ortega Martínez, con al menos 10 millones de pesos de por medio, pactó con los diputados locales su ratificación en el cargo y viajó en helicóptero a Michoacán, para el arranque de campaña de Silvano Aureoles, donde encontró la aprobación de los líderes del Sol Azteca, “Los Chuchos”.

En fin, son sólo “rumores”, lo cierto a todas luces, es que en Iguala no se han logrado erradicar todos los vínculos del ex alcalde José Luis Abarca y que aún quedan muchos también, de Aguirre.

Yo desde aquí, me pronuncio porque los pobladores de Guerrero, ejerzan su derecho y celebren las próximas elecciones en paz, para que de la mano de un buen gobernador, respaldado por el electorado, puedan encontrar solución a los problemas que hasta hoy, en nada han disminuido.