Desde el punto de vista legal, el crimen es una conducta de acción u omisión tipificada por la ley como antijurídica y punible. El concepto está vinculado al de delito, y suele usarse en un sentido genérico.

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Emmanuel Macron, ha sido electo como nuevo presidente de Francia, sin embargo, esta contienda significó no solo poner el destino de aquel país en juego, sino el de la misma Unión Europea, y es que la verdadera disputa en esa nación más que con otro partido

político, lo fue contra el populismo, pues una vez más su contendiente, Marine Le Pen, recurrió a planteamientos que exaltaban el sentimiento nacionalista y culpaban a las alianzas y acuerdos francesas de los males que aquejan a su población, proponiendo ante tal escenario la salida de este país de la UE y del Euro, situación que de llegar a consolidarse, significaría el principio del fin para el bloque económico que naciera luego de la Segunda Guerra Mundial.

En retrospectiva, hace casi un año, comenzarían una serie de sucesos en todo el orbe que evidenciarían el fuerte resurgimiento de la “corriente populista y nacionalista” en varios y e inusuales puntos de este planeta; los lugares en los que encontró cabida, se tendrían como impensables en otros tiempos, pero era verdad y estaba sucediendo, la política irracional y proteccionista se había manifestado en Europa y en América.

     El miedo, decíamos, y la necesidad de legitimación llevaron al entonces Premier de Reino Unido, David Cameron, a poner en marcha dos referéndums, uno, que daba viabilidad a la posible independencia de Escocia y del cual salió avante y otro, que ponía en juego la permanencia de la Gran Bretaña en la Unión Europea; este último, y contrario a todo lo esperado fue capitalizado por Boris Jhonson, quien a través de una campaña xenófoba y retrograda enarbolada por el slogan “Let’s take back control” (Retomemos el control) y que se caracterizó por el odio a los migrantes, la ansiada liberación de Bruselas, el terrorismo y la mejora de servicios públicos entregó a la incertidumbre a la potencia anglosajona a través de la decisión levemente mayoritaria de un sector de población que no representa propiamente el futuro de ese país, pues tratase de mayores de 60 años. Hoy Inglaterra continua con sus trámites de salida y la decisión es lamentada por el grueso de su población.

     Para Noviembre del 2016 de ese mismo año, Estados Unidos demostró que sigue dividido en los estratos sociales primigenios que alguna vez lo conformaron, que vocablos que alguna vez se creyeron superados y que estaban basados en cuestiones racistas y nacionalistas, en suma de odio, resurgieron y se volvieron nuevamente válidos, encontrando cabida y voz en quienes les tenían profundamente guardados, el resultado: Donald Trump se erigía como presidente, a través de un discurso similar al de Jhonson, maximizando las repercusiones de la inmigración y exaltando el sentimiento nacionalista con el “America First”. Sus primeras acciones, ya todos las conocemos: Salida del acuerdo transpacífico, orden ejecutiva pro muro y la amenaza de salida del TLC, todas ellas proteccionistas, todas ellas populistas.

     No olvidemos por supuesto a Latinoamérica, región que no está exenta de la tendencia que comento, baste verse el “No a la Paz de Colombia”, decisión que a través de referéndum, echara por tierra 4 años de negociaciones, mismas que habían logrado un acuerdo de paz a un conflicto que había durado más de 50 años entre Gobierno y las FARC y por supuesto Venezuela, que hace unas semas disolvió a su parlamento y hoy siguiendo líneas dictatoriales ha creado un comité de búsqueda de opositores.

     México por su parte, comenzará en breve su prueba ante este fenómeno, los comicios tanto de este año, como los del siguiente, serán la evidencia clara de la manera en que estos sucesos mundiales han permeado en las conciencias tanto de mexiquenses, como de mexicanos. La pregunta es: ¿Elegiremos como en Francia? ¿O lo haremos como en las otras naciones aquí mencionadas?