Perdón a los Pueblos Indígenas

En todo el mundo hay 370 millones de personas indígenas, que se distribuyen por más de 90 países. Estas personas pertenecen a
más de 5.000 pueblos indígenas diferentes que hablan más de 4.000 lenguas, representando aproximadamente un 5 % de la población mundial.
 
Aunque difieren en costumbres y culturas, todas estas personas se enfrentan a las mismas realidades, de igual dureza: desalojos de sus tierras ancestrales, negación de oportunidades para expresar sus culturas, agresiones físicas y trato como ciudadanos relegados.
 
La discriminación es la razón por la cual el 15% de la población indígena mundial que vive en la pobreza extrema. En todo el mundo, estos pueblos sufren también índices más altos de carencia de tierras, desnutrición y desplazamiento interno.
 
Los pueblos indígenas de todo el mundo han buscado el reconocimiento de sus derechos, identidad, sus formas de vida, tener un territorio y recursos naturales tradicionales por años. La comunidad internacional reconoce, ahora, que se requieren medidas especiales para proteger los derechos, la destrucción cultural y la asimilación forzada; tal es el caso reciente de la visita del Papa Francisco a Canadá para ofrecer disculpas a este sector de la población, tras el genocidio cultural sucedido en esta nación.
 
En el país de Norte América, más de 150 mil niños indígenas fueron separados de sus familias y llevados a internados dirigidos por sacerdotes y religiosos católicos desde finales del siglo XIX y hasta la década de 1990, como parte de un programa que pretendía crear una integración cultural de los nativos con la cultura blanca gobernante.
 
El objetivo era cristianizarlos y asimilarlos a la sociedad en general, qué gobiernos canadienses previos consideraban superiores. Lamentablemente, los abusos físicos y sexuales estaban muy extendidos en las escuelas, los alumnos eran golpeados por hablar en su lengua materna, para lo que los líderes indígenas han expuesto abusos y la separación de las familias son una de las causas principales de las elevadas tasas de adicción al alcohol y a las drogas que existen actualmente en las reservaciones indígenas canadienses.
 
Actos como el antes mencionado por parte de un líder mundial, como el Papa Francisco invita a la reflexión e insta al cumplimiento de los Derechos Humanos.
 
En su justa dimensión hay que tener presente que sucedió algo similar en la actual administración del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien emprendió un tema similar con la petición de perdón a los pueblos originarios por los agravios cometidos contra los indígenas desde la conquista hasta la actualidad.
 
Los Estados no deben permitir nunca más la marginación, los abusos y las injusticias en contra de ningún grupo étnico o cultural de cualquier país. Si bien reconciliar la historia tan dolorosa de estos pueblos no es fácil, es necesario transformar el pensamiento, las políticas, la legalidad y las acciones, en las que tal vez el ofrecer disculpas no va a hacer que desaparezca lo ocurrido, pero significa mucho.
 
Eduardo Blanco