Arte monetario y arquitectónico en el Museo del Banco de México

El dinero como forma de cambio de bienes y servicios tiene una larga historia en el mundo. Representa una evolución cualitativa del trueque, originalmente

realizado entre los pobladores de la prehistoria para obtener ganancia de los bienes que producían y que podían intercambiar por otros bienes que no tenían. Contarnos cómo surgió esta actividad económica y cuál ha sido su desarrollo en nuestro país es el propósito central del recién inaugurado Museo del Banco de México.

Alojado en el edificio principal del Banco Central responsable de producir el dinero —en sus diferentes presentaciones— que los mexicanos requerimos cotidianamente para satisfacer muchas de nuestras necesidades básicas, el Museo del Banco de México ofrece una nueva propuesta cultural y de entretenimiento de carácter arquitectónico y numismático. Por un lado, se trata de conocer el interior de un inmueble declarado monumento artístico desde 1987; y, por otro lado, de disfrutar un recorrido por las salas de este nuevo museo, en donde se pueden apreciar, una línea del tiempo sobre el dinero y otra sobre el Banco de México desde su origen en 1925 y las etapas más importantes en su evolución hasta nuestros días.

Desde el punto de vista arquitectónico, el nuevo Museo del Banco de México ocupa el edificio principal de esta institución gubernamental, desde el año de 1987 catalogado como monumento artístico. Se trata de un inmueble de estilo ecléctico, ya que incluye elementos propios de diversas expresiones estéticas, desde las enormes columnas de nueve metros de altura, revestidas de mármol negro traído de Bélgica, que dominan majestuosamente la parte central del vestíbulo. De ahí se tiene una vista periférica de las secciones del museo: a los lados, las salas del dinero y del banco; hacia abajo, el acceso a la bóveda; y hacia arriba, el camino que conduce al Mezzanine, destinado a las exposiciones temporales y a la tienda del museo. Desde esta parte del museo se aprecia una vista panorámica y muy hermosa del interior del museo, pues es un gran espacio abierto, equivalente a lo que podrían ser tres pisos de altitud vistos desde el cenit.

Entre los años veinte y sesenta del siglo XX, el edificio principal del Banco de México fue remodelado por el arquitecto Carlos Obregón Santacilia, precursor de la arquitectura moderna en México. A la fecha, este inmueble está reconocido como uno de los ejemplos más destacados del Art déco, caracterizado por la utilización de figuras geométricas delineadas con precisión y la utilización de colores fuertes y llamativos. Este movimiento artístico surge después de la Primera Guerra Mundial, como una forma de imprimir optimismo social y esperanza en un futuro con progreso.

Al mismo tiempo, los edificios Art déco se distinguen por incorporar en sus decoraciones motivos de culturas antiguas como la egipcia, la asiática y la de Mesopotamia. En el caso mexicano, se singularizan por la recuperación de algunos temas de identidad nacional y de origen prehispánico. Por ejemplo, en las escaleras principales de ingreso al vestíbulo se aprecia un enorme vitral del pintor mexicano Fermín Revueltas —de la dinastía artística de los hermanos Revueltas: Silvestre, compositor; Rosaura, actriz; y José, escritor— inconcluso por su muerte repentina. Sin embargo, los visitantes podemos apreciar en ese mismo espacio una animación que recrea la idea original del artista, según los bocetos conservados por su familia.

Desde el punto de vista temático e informativo, el Museo del Banco de México expone en dos líneas del tiempo: por un lado, el surgimiento del dinero en sus diferentes representaciones históricas y funciones sociales.  Por el otro, la creación del Banco Central de nuestro país a partir de su inclusión en la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, y su Acta Constitutiva de 1925, a nuestros días. En este recorrido cronológico destaca el año de 1969, cuando se inauguró la primera fábrica de billetes en territorio nacional, pues antes el dinero se imprimía en el American Bank Note Company de Nueva York, en los Estados Unidos.

Uno de los atractivos más lúdicos del Museo del Banco de México es la experiencia inmersiva de la Bóveda principal. En este espacio tan sui géneris por su arquitectura y materiales de construcción, pues es subterráneo, con una puerta metálica y circular, sin ventanas, con paredes de concreto armado y cemento. En este entorno se proyecta un espectáculo multimedia que de manera sencilla, amena y vistosa explica las funciones del dinero en las diversas etapas históricas de la humanidad.

Otra sección relevante del Museo es la que ilustra parte de la colección numismática del Banco de México, una de las más importantes de América Latina. Ahí se documenta la historia monetaria de nuestro país, así como la exhibición de los billetes de más reciente creación, reconocidos en el mundo por su belleza estética y altos niveles de seguridad. Es el caso del billete de 50 pesos con la imagen del ajolote, premiado por la Sociedad Internacional de Billetes de Banco como El Billete del año 2021. Reconocimiento también recibido en el año 2020, en ese entonces, con el billete de 100 pesos con la imagen de Sor Juana y el santuario de la mariposa Monarca, que obtuvo el reconocimiento del Mejor Billete del Mundo.

Actualmente, parte de esta colección numismática se exhibe en la sede de la Escuela Superior de Economía (ESE) del Instituto Politécnico Nacional, en el marco de las actividades conmemorativas de los 70 años de su fundación.

La entrada al Museo del Banco de México es gratuita, en un horario de 11 am a 5 pm de martes a domingo. La cita es en la Avenida Cinco de Mayo, esquina con Eje Central, en el centro histórico de la CDMX.

Nohemy García Duarte

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