El momento de las acciones

“Esto no pone en riesgo la coalición Va por México. Estamos a favor de la coalición. Nadie, nadie, pudiera pensar que podemos ser competitivos

si no vamos en la coalición. Y todo mundo lo sabe. ¿Romper la coalición? ¿Quién gana? ¿El PAN solo? ¿El PRD solo? Este no es solo un tema matemático, es un tema estratégico, aquí nadie le hace el trabajo al gobierno”. Esas fueron declaraciones de Alejandro Moreno luego de que sus aliados del PAN y PRD anunciaran la “pausa” en la coalición.

Los dirigentes de esos partidos, Marko Cortés Mendoza y Jesús Zambrano Grijalva, fueron muy inocentes al creerle a “Amlito” Moreno que realmente sería parte del bloque opositor en la Cámara de Diputados. Lo fue mientras le sirvió.

Habrá que recordarles que el 8 de junio del año pasado, luego de los desastrosos resultados electorales, el priista dijo: “Se construye el bloque opositor para tener una agenda conjunta, eso no deja de lado que el PRI tenga una agenda propia y que nosotros nos sentemos a dialogar con el Presidente de la República y el Gobierno Federal”.

Y pues así lo hizo en días pasados. Un breve diálogo con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández en la Camara de Diputados y después un encuentro con el General secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval González.

Es evidente que Amlito Moreno lo único que buscaba era hacer su sueño realidad, ser candidato presidencial, y para ello hizo y deshizo, pero ahora su sueño es no ser sometido a juicio y encarcelado.

¿Y la coalición? Esa no importa. Muy campechano, imagina que la gente le va a creer que lo que hace –arrodillarse ante el gobierno federal– es por el bien de los mexicanos. ¡Sí, ajá!

Además, cree que sus pares lo van a recibir con los brazos abiertos porque sin él, no ganan. O sea, es imprescindible. ¡Sí, ajá! 

Para empezar, desde las elecciones del año pasado, empezó a perder fuerza al interior del partido. Los resultados de las elecciones de junio pasado lo siguieron menguando y luego se hicieron públicos los audios en los que se presentaba el verdadero Alito Moreno: corrupto, cínico, egocéntrico. Esa fue la gota que derramó el vaso. Ex dirigentes nacionales y ex gobernadores del PRI le solicitaron que renunciara, pero –¡faltaba más! – se negó.

Y con el tema de la Guardia Nacional concluyó su presidencia en el tricolor. Porque, aunque se mantenga al frente, ya no cuenta con la confianza dentro y fuera del partido. Es cierto que tiene el apoyo de una buena parte de la estructura del tricolor y de aquellos que fueron impulsados por él, pero de ninguna manera significa que la mayoría de la militancia esté con él.

Por lo que se refiere a Cortés y Zambrano, mal harían en comprarle la supuesta debacle en caso de sacar al PRI de la coalición. Es evidente que el tricolor está dividido, lo cual no significa que no puedan negociar con una parte de ese partido que está en contra del centralismo de Amlito Moreno.

Que hubo un cisma en la coalición, es cierto. Que a Marko y Jesús los chamaquearon, es cierto. Que Andrés Manuel López Obrador les ganó la partida y se aventó una carambola de dos bandas, es cierto. Que todavía no entienden la manera de hacer política del Presidente de la República, es cierto. Que tienen la oportunidad de enderezar el barco, es cierto.

Ambos presidentes de partido ya deberían de estar afinando detalles con Dante Delgado Rannauro para que Movimiento Ciudadano (MC) se una a la coalición y, al mismo tiempo, con los diversos liderazgos del PRI para que de facto la apoyen y, porque no, buscar a Enrique Peña Nieto.

Habrá que considerar que, en el caso de Peña y Delgado, cada uno tiene sus muy personales intereses. Respecto al expresidente, mucho se ha hablado de un supuesto acuerdo entre el mexiquense y su sucesor tabasqueño. ¿Cambiaría Peña el Estado de México por la elección presidencial de 2024? ¿El acuerdo termina junto con el sexenio de Andrés Manuel López Obrador?

Por parte del senador y líder moral de Movimiento Ciudadano, también se rumora que tiene un acuerdo con el Presidente de la República para restarle votos a la coalición. Por ese apoyo, el partido recibiría recursos que le permiten ir solo en cada elección, en cada una de las cuales ha ido aumentando su presencia, su votación. Entonces su plan no es ganar en 2024, sino crecer en cada proceso electoral de tal manera que su meta está en las elecciones de 2030.

Por lo pronto, Cortés y Zambrano deben de hacer más política y ponerse a la altura del reto que enfrentan. Deben aprender de lo sucedido y ver más allá de sus narices. En el caso del albiazul, tiene un caso que podría complicarle las cosas en la Ciudad de México: las acusaciones en contra del grupo de Jorge Romero Herrera, líder de la fracción del PAN en la Cámara de Diputados por la corrupción inmobiliaria.

Si alguno de los miembros de ese equipo es encarcelado, Marko deberá enfrentar otro grave problema.

Lo cierto es que cada día que pasa, hay dos figuras que crecen y podrían encabezar los esfuerzos de la coalición: Xóchitl Gálvez Ruiz para el gobierno de la Ciudad de México y María Lilly del Carmen Téllez García para la Presidencia de la República.

¡Olvídense de las cuotas de género!

Jorge Javier García Mendoza

@GarciaJJavier

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Periodista y analista político con 30 años de experiencia. Director y subdirector editorial de revistas y periódicos. Conductor de radio y televisión.