La marcha sigue

Quien piense que la marcha en defensa del INE terminó ayer, está equivocado. La movilización que vio no solo México,

también el mundo, seguirá hasta las elecciones de 2024.

La marcha que llevó a miles de personas a la calle a manifestarse en contra de la reforma electoral del presidente Andrés Manuel López Obrador es más que eso: es la muestra fehaciente de que una buena parte de la sociedad está cansada de lo que el tabasqueño ha hecho y de lo que no ha hecho.

Es lógico que, por ejemplo, en redes sociales personajes ligados a la 4T menospreciaran el movimiento ciudadano: que, si eran pocos, que, si no quisieron llegar al Zócalo, etcétera.

Habrá que hacer un paréntesis para señalar que Martí Batres Guadarrama, secretario de Gobierno de la Ciudad de México, a quien le tocó estar atento a la marcha porque Claudia Sheinbaum estaba fuera de la capital del país –como ya es su costumbre– y quien señaló en redes sociales: “Asistieron entre 10 mil y 12 mil personas”. ¿Tenía que haber dicho eso? ¿Quería quedar bien con alguien? Las imágenes hablaron por sí solas y dejaron mal parado a Martí.

La realidad supera cualquier intento de convertir un movimiento en solo cifras. Y esa realidad indica que el presidente de la República y su grupo político, deberán de analizar con detenimiento su proceder para que hagan los ajustes necesarios con miras al último tramo de este sexenio, porque esta administración termina cuando den el resultado de las elecciones, posteriormente viene el proceso de trabajo para la entrega-recepción.

Hasta el sábado pasado, el oficialismo se había regodeado de que enfrente tenía una oposición desangelada, desarticulada y, principalmente dividida, gracias al propio presidente de la República.

Pero ayer, se demostró que hay varios sectores de la sociedad que pueden tener diferencias ideológicas pero que pueden marchar juntos para defender lo que creen.

Lo mismo se movilizaron jóvenes que personas de la tercera edad, hubo miles y miles de mujeres, menores de edad, personas que no habían asistido a una manifestación en su vida y que consideraron que –ahora sí– era el momento de expresarse en contra de algo que consideran negativo.

Mal harían en menospreciar lo sucedido este domingo, porque es una gran llamada de atención para el gobierno federal. Desgraciadamente, es difícil que el líder cambie –aunque sea un poco– su discurso de descalificación, de enfrentamiento, de polarización.

Habrá que recordar que ya lo hizo durante la marcha por la paz en 2004, cuando era jefe de Gobierno del Distrito Federal.

La manifestación de miles de personas en más de 50 ciudades debe ser considerada como un aviso de que las cosas no están bien, que la sociedad se ha manifestado porque hay cosas con las que no está de acuerdo. Que la reforma electoral que ya se analiza en la Cámara de Diputados es la gota que derramó el vaso.

Ojalá que los próximos días el presidente sea prudente y medite con detenimiento lo que habrá de hacer en los próximos meses. El problema es que pensar que lo haga es pedirle peras al olmo.

Para él su estrategia, que hasta ahorita le ha dado resultados, debe ser la misma. La polarización es la mejor manera de llevar a cabo el divide y vencerás. Lo ha hecho hasta en la misma alianza Va por México y se sospecha que la volverá a aplicar para que se apruebe su reforma electoral, que en realidad es política.

Inició el movimiento en contra del actual gobierno y no se detendrá hasta conocer el resultado de las elecciones de 2024. No tiene que haber marchas cada domingo para demostrar que el movimiento está vivo, ayer lo demostró.

Andrés Manuel López Obrador debe entender que la marcha es el mensaje y no confiarse.

POR LAS CALLES… La última encuesta de Massive Caller indica que rumbo a la elección de Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Morena-PT-PVEM encabezan las preferencias con solo 2.6% contra PAN-PRD-PRI, y debe considerarse que mientras los primeros van a la baja, los segundos van a a la alza. Por lo que se refiere a quién podría encabezar cada alianza, en el primer caso, Martí Batres Guadarrama encabeza la lista con el 23.8% contra 16.6% de la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada Molina. En este caso no se puede dar por hecho que el Secretario de Gobierno sea el candidato porque la última palabra la tiene Andrés Manuel López Obrador. Por lo que se refiere al segundo caso, va adelante con 20.2% el alcalde de Benito Juárez, Santiago Taboada Cortina; le sigue muy de cerca el alcalde de Cuajimalpa, Adrián Rubalcava Suárez con 19.2. Habrá que ver qué resultado obtiene el panista en las siguientes mediciones para saber si también le afecta su involucramiento en la corrupción inmobiliaria. Por su parte, Rubalcava –después de ver como les ha ido a los panistas con las acusaciones por parte del Gobierno de la Ciudad Capital, determinó relanzar su campaña y ahora se le encuentra en redes sociales presumiendo sus logros en materia de seguridad pública. ¿Le alcanzará para ser el candidato de la Alianza? Si Taboada también cae, el PAN tiene a la senadora Xóchitl Gálvez Ruiz. Lo interesante es que Morena y sus aliados no la tienen nada fácil, al contrario parece ser que el panorama se les va complicando. Mientras eso sucede, Claudia Sheinbaum viaja y viaja, imita e imita al Presidente de la República y eso no le ha dado buenos resultados antes, menos en el futuro. Pero eso sí, queda bien con ya sabes quien.

avier García

@GarciaJJavier

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Periodista y analista político con 30 años de experiencia. Director y subdirector editorial de revistas y periódicos. Conductor de radio y televisión.