¿Cuál parte es la que no se entiende?

Bien dice el dicho, “si tiene pico de ganso, cuerpo de ganso, grazna como ganso, entonces es un ganso”.  ¿Cuál es la sorpresa

ahora de las cosas que está decidiendo el presidente mexicano si desde que se le conoce en la arena pública siempre ha sido igual?

Los llamados analistas políticos tratan de explicar estos desvaríos de múltiples formas.  Unos lo excusan, otros lo atacan, y López Obrador continúa dando batalla en la arena política.

Si es un provocador, tal vez no sea importante.  Los temas se vuelven importantes cuando los múltiples analistas y comunicadores y los que replican y comentan dichos y hechos desde las redes sociales vertiendo su punto de vista legal o político.

“Craso error” o deberé decir “gansa victoria” tal vez.

Si el presidente actúa como predicador, viste formal o informal como un predicador, camina como predicador y da discursos como predicador, entonces es un predicador.  Si es presidente o no, para él no es importante.  Lo que busca es tener siempre en su trinchera, un grupo que le aplauda y difunda lo que dice y desde la otra trinchera personas que se encargan de combatirlo con argumentos meramente personales y jurídicos.

Señores, la predicación debe combatirse con una predicación orientada a la verdad.  Tal vez, aprovechando eso de la “pobreza franciscana”, podríamos comenzar aquello que sigue “Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme”. O también,  “No toméis nada para el camino, ni bordón, ni alforja, ni pan, ni dinero; ni llevéis dos túnicas”.  Si estas son las bases con las que predica, una de las formas de contrarrestarlo tal vez sería: “Presidente, si este es tu pensamiento, pon el ejemplo: renuncia a tu cargo, deja el palacio nacional, deja a tu esposa y casa, vende tus propios bienes, repártelo a los necesitados y vete a predicar a las comunidades y sigue tu conciencia”. Esto sería lo más afín que podríamos encontrar del pensamiento de San Francisco de Asís.   Y también debe reiterarse que San Francisco nunca obligó a nadie.  Si alguien le siguió porque quiso, pero nadie fue obligado a repartir sus propios bienes y menos aún los bienes que no le pertenecían.  A eso se le llama libre albedrío

Está bien, a lo mejor, lo que hablo son extremos y tal vez nadie de la oposición se atreva a decirlo o actuarlo.   Sin embargo, es una muestra de cómo debe argumentarse.  No con leyes, sino con sentido de realidad, de comunidad, de justicia y de futuro. 

Recordé otra anécdota extraída de una película mexicana protagonizada por David Reynoso donde tratan de explicar lo que es el comunismo.  “… Dígame entonces que haría compadre: ¿si tuviera dos casas cómo las repartiría? Y responde el compadre. ¡Ah, pues, una para mí y otra para el partido!   Muy bien ya entendió.   ¿Y si tuviera dos caballos?  Responde, Pues uno para mí y otro para el partido.   ¿Y qué tal si tuviera dos gallinas?  Mmmmmhhhh espere, déjeme que lo piense. ¿Pero por qué compadre?  Es que la verdad sí tengo dos gallinas…”

Es curioso que México en 1950 haya tenido mucha más y mejor idea de lo que eran las ideas “comunistoides” y hoy en 2022, esté dudando si las políticas que se aplican desde el gobierno de la república y que son de este estilo son correctas o incorrectas. 

¿Hemos involucionado los mexicanos? ¿Por qué permitimos que los recursos públicos que provienen de nuestros impuestos, los reparta alguien más que, aunque se le haya elegido en el 2018, es incapaz de gastar sus propios bienes y arriesga y malgasta nuestros bienes en proyectos inviables e inservibles?

¿Por qué los mexicanos se quedan pasmados ante lo que sucede y no exige que la administración de sus bienes sea aplicada para el verdadero beneficio del país y me refiero a la seguridad, a la salud, al empleo, a la educación? 

¿Por qué nos quedamos callados si sus ideas colocan a nuestro país en ínfimos niveles ante el ámbito internacional?

Y ya entrados en recuerdos, como diría Héctor Suárez, “¿Qué nos pasa?”.

Tenemos derecho a hablar y reclamar.  Tenemos derecho a cuestionar la forma como se aplican los impuestos y tenemos derecho a reclamar que este tipo de gobierno no está actuando conforme a las expectativas para lo que lo eligieron los mexicanos.   ¿Nos gusta quedarnos callados?  ¿Nos gusta que nuestro gobierno se crea perfecto sin considerar o tomar en cuenta las verdaderas necesidades de los mexicanos?

¿Nos gusta que el gobierno incumpla lo que prometió? ¿No creen que ya es tiempo de exigir que esto se termine?

Ya es tiempo de hablar de nuestra verdad.

 #YaBasta. 

LINDA L. ESPONDA

Traductor perito.  Miembro de la SOGEM.  Ha participado en diversos recitales y encuentros poéticos y literarios entre los que se encuentran, “Las Mujeres Hablan”, “Eje Central Esq. Con Independencia”, “Encuentro con Poetas Chilenos”. Ha publicado sobre diversos temas tanto financieros como políticos en el diario “El Mexicano” en Baja California. Participando en programas tal como Disyuntiva TV proporcionando cápsulas relacionadas con el sector financiero o del 8 de marzo, día de la Mujer. Impartiendo diversos talleres literarios como, Curso-Taller de Creación Poética, El Fondo de la Forma, Análisis Literario desde el siglo XIX al siglo XXI. Autora del libro Rojo Caín (inédito) (Prólogo por Don Carlos Monsiváis), Cicatriz de Luna (entre otros). En la actualidad imparte cursos y talleres tanto poéticos como de narrativa, como de Ensayo.