Opinión

Llegó la fecha y con esto el compromiso. Tenemos la obligación moral y el derecho constitucional para determinar nuestra ruta de gobierno a casi la mitad de este sexenio.

Cuando Andres Manuel López Obrador asegura que los hechos que se le imputan no son reales, por lo regular está mintiendo, porque hasta ahora ha mostrado y demostrado ser un mentiroso compulsivo. Así de simple la circunstancia que los mexicanos estamos viviendo desde la llegada de ese bodrio

“Dejémonos sorrender por el diario de los andares, hagamos propósito de revisión al final de la jornada y propiciemos que la rectificación de los latidos transforme nuestro débil palpitar”. Vivimos en la apariencia del cuerpo, mientras que el escenario del alma camina en la tristeza muchas veces.

No ha pasado ni un mes cuando desde el extranjero han sometido a López Obrador a una calificación durísima. Vamos ni siquiera a al gobierno en su conjunto oa México como nación, sino a él. Al presidente le molestó, le dolió el articulo publicado por The Economist donde se le nombró como El Falso