En Francia la tercera edad ha pegado el grito en el cielo y no está dispuesta a sufrir discriminación y
mucho menos a vivir en eterno confinamiento, encerrada por el argumento de la autoridad sanitaria de que el riesgo no desaparece para mayores de 65 años edad.
De acuerdo con el gobierno francés, la emergencia empezará a levantarse a partir del 11 de mayo, pero no para todos. Ha dicho que las personas de la tercera edad todavía tendrán que seguir en casa.
Por supuesto que más de un hombre y mujer de esa edad en Francia, que están activos, que trabajan, que son productivos, han protestado. No se puede aceptar que siendo útiles a su país y a la sociedad, tengan que continuar encerrados. Parece que el famoso Coronavirus está empeñado en dañar a la tercera edad.
Lo que se debe observar es que hay mucha gente de la tercera edad que está sana y vigorosa, que se ejercita todos los días, que tiene las defensas y cuidados necesarios para evitar ser víctima del maligno virus.
No todos los casos son iguales. Quienes ya tienen un mal o enfermedad, como puede ser la diabetes, deberán ser más precavidos y tomar en cuenta la recomendación de la autoridad sanitaria.
En México la estrategia va por el mismo camino, la idea de que una vez que pase la emergencia, dejar en casa a los mayores de 65 años.
Seguro que la tercera edad productiva, trabajadora, sana, no va a doblar las manos ante un llamado de ese tipo.
Los mexicanos y mexicanas de la tercera edad harán su propio movimiento. En Francia resolvieron llamarle la “rebelión de las canas”. Cuando llegue el momento, si es necesario, México tendrá su “rebelión de las canas”.
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