El batidero salpica a todos. 

Nadie está exento, el escándalo de los videos, salpica a los partidos, a los productores de las imágenes, a los grabadores y a los difusores; es evidente que es parte de una lucha política. 

 La expresión de origen inglés “toma y daca” ha cobrado vida en el quehacer nacional; por lo que se ha visto, ninguno de los protagonistas está dispuesto a quedarse con el golpe, la respuesta inmediata está garantizada. Acciones con tufo de odio y venganza, cobro de facturas. 

El punto crítico: en esta lucha, todos los participantes van en picada, en caída libre, en el descrédito, sea cierto o falso lo que se difunde. Y el país va en el mismo sentido. 

Pierde México, la sociedad en general. Ganan la pandemia, la descomposición social, la violencia, la corrupción, la mentira, la crisis económica, la pobreza, el desempleo, el abuso, la injusticia y la delincuencia. 

Demasiados hilos sueltos, pleitos de diferentes tamaños y no parece que alguno de los protagonistas esté dispuesto a ceder. Da la impresión de que el encono ya se volvió irreversible. 

¿Todavía hay tiempo para calmarse y arreglar los desacuerdos? 

No es fácil y mucho más complicado que todos los involucrados participen. Sería ideal, nada más que alguno o algunos parecen suicidas, sin importarles que el globo reviente en perjuicio del país. 

La sociedad ya se hartó o está a punto de hartarse de los escándalos, de la inmundicia política que no es exclusiva de nadie.  

Demencial que alguien quiera convencer a los demás que el cielo es de color violeta cuando a todos consta que es azul. 

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@zarateaz1 
arturozarate.com