Lo bueno del Politécnico

La mayoría de los medios está acaparada por el tema policiaco, lo que antes era exclusivo de la revista llamada

“Alarma”, que chorreaba sangre, como dicen coloquialmente. Hoy muchos chorrean sangre y otros se significan por lo que se denomina amarillismo, sensacionalismo.

Al final los medios podrán alegar que son reflejo de la realidad, de una sociedad descompuesta, más irritable y violenta, donde se han perdido los controles sobre la delincuencia.

En ese escenario maligno, lo bueno pasa a segundo término o de plano es ignorado, a pesar de que represente beneficio para la humanidad. Es el caso de lo que se hace en la Unidad de Investigación, Desarrollo e Innovación Médica y Biotecnología de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, que pertenece al Instituto Politécnico Nacional (IPN).

Nombre largo, tan largo como el alcance de sus logros en el terreno científico, médico, lo que tiene que ver con salud.

No es casual que la Universidad de Londres “Queen Mary” haya decidido otorgar doctorado honoris causa al director del IPN Arturo Reyes Sandoval, en ceremonia que apenas se realizó el pasado mes de marzo en la capital británica.

Hasta ahora nada más dos mexicanos han recibido ese doctorado, el Premio Nobel Mario Molina y Arturo Reyes Sandoval, en reconocimiento a su trayectoria y trabajo científico.

¿Qué ha hecho el IPN?

“Transferón”, producto que fortalece el sistema inmunológico, cien por ciento politécnico, con patente mexicana.

Y no es lo único, así que vale mirar hacia el Instituto Politécnico Nacional.

Arturo Zárate Vite

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@zarateaz1

arturozarate.com