Los partidos pequeños y aliados se le están rebelando a Morena. Primero el Partido Verde Ecologista, su bancada en el
Senado, al oponerse a que entrara en vigor en 2027 la reforma contra el nepotismo electoral.
Se salió con la suya y se pasó la fecha al 2030. Vendió caro su voto legislativo, necesario precisamente para aprobar la reforma constitucional en ese sentido, la iniciativa presidencial.
De esa manera, los verdes, si así lo deciden en 2027, podrán postular a la senadora Ruth González, esposa de Ricardo Gallardo, gobernador de San Luis Potosí.
La senadora está perfilada para ser la sucesora de su marido. En 2024 ganó el escaño por amplio margen, por la vía mayoría relativa. O sea que es la más popular y más aceptada por la población potosina.
Tendría el triunfo asegurado en 2027, aunque siempre es preferible no confiarse y esperar el resultado el día de la elección.
Ahora el PT encabezado por Alberto Anaya, también ha empezado a pintar su raya. El diputado Reginaldo Sandoval no ha dudado en calificar de soberbios a sus aliados morenistas.
Para cerrar el círculo, en el Congreso Nacional petista, el senador Gerardo Fernández Noroña tuvo que salirse de la reunión al ser abucheado y llamado traidor por sus excompañeros, porque hasta hace poco era militante de dicha organización y se pasó a Morena.
Se produjo el rechazo con el consentimiento de Anaya. Aun cuando estaba en el lugar, no hizo nada para impedirlo, lo que evidencia que le pusieron un cuatro a Noroña.
Ya se verá en 2027 que tan real es el crecimiento de “los enanos”, si son o no capaces de participar solos en la elección intermedia.
Hasta ahora, es del dominio público que su registro y financiamiento público lo han conservado porque han vivido a la sombra de los grandes partidos.
Arturo Zárate Vite
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