El tiro le salió por la culata a la oposición. Si creía que con la campaña realizada contra el senador Gerardo Fernández
Noroña en el cierre de su etapa como presidente de la mesa directiva del Senado lo iba a hacer pedazos políticamente, sucedió lo contrario.
No le funcionó la estrategia porque los videos no mienten. Es imposible cambiar lo grabado por decenas de cámaras y teléfonos celulares. Y todo lo que se grabó, revisando cuadro por cuadro, confirma que Alejandro Moreno Cárdenas agredió a Noroña.
Imposible cambiar esa verdad por mucho que se diga y se repita lo opuesto sobre lo sucedido en la casona de Xicoténcatl.
Noroña no es monedita de oro y mucho menos perfecto, como cualquier otro ser humano, tiene defectos.
A muchos no les gusta su estilo que ven como prepotencia, no soportan lo que les parece altanería.
Lo odian.
Nada más que esto no justifica modificar la narrativa de lo que todos vieron el miércoles 27 de agosto.
Por eso salió el tiro por la culata.
En su videoconferencia diaria sus seguidores se multiplicaron y lo mismo sucedió con las donaciones monetarias que le hacen por ese medio.
La campaña en su contra lo fortaleció, por la sencilla razón que el argumento utilizado para ello fue mentira, sostener y propagar algo distinto a lo que todo mundo vio en los videos.
Mal cálculo de Alejandro Moreno y sus compañeros legisladores. Peor quedaron con la raquítica movilización que organizaron en el Paseo de la Reforma en apoyo del dirigente priísta.
Lo que hicieron ofende la inteligencia de la sociedad que en estos tiempos sabe muy bien cuando los políticos están diciendo la verdad y cuando mienten.
Arturo Zárate Vite
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