Paco Ignacio Taibo I, padre de Paco Ignacio Taibo II, actual director del Fondo de Cultura Económica (FCE), siempre
fue cuidadoso con el lenguaje, ni por escrito ni de manera verbal cayó en la vulgaridad. Se distinguió como una persona culta, educada y respetuosa.
Fue por muchos años editor de la sección de cultura del periódico El Universal, donde cada día delineaba o dibujaba un gato, caricatura en blanco y negro, con los detalles elementales, sencillo. La riqueza era la ironía que le acreditaba al felino, mensaje corto e impactante, salpicado de humor.
Frases como “El día de la madre lo inventó el hijo de un comerciante”, “Hay música que llegó y no se quiere ir”, “El cine malo es hijo de las malas ideas”, “El infierno está lleno de gente que prometió el cielo”, “Ignorar asegura el gozo de descubrir”, “En la última guerra moriría el último pacifista”, entre muchas otras.
Nunca nadie se quejó ni se sintió ofendido por sus mensajes. Por su simpatía e inteligencia “El gato Culto” ganó millas de seguidores. Personaje divertido que perdió la conversación con la muerte del escritor.
Esa fineza de Paco Ignacio Taibo I contrasta con la rudeza verbal de Paco Ignacio Taibo II.
Por lo visto el heredero no aprendió a regular el impacto de la palabra, como lo hacía su padre, para no agraviar a nadie.
Paco Ignacio Taibo II quedó al desnudo cuando soltó la prosaica frase “se las metimos doblada”, para subrayar el triunfo de su partido.
Por supuesto que es una persona inteligente, asiduo lector de libros, culto y convencido de que con el dinero del erario solo se debe financiar lo que tiene calidad. Lo único que le falta es matizar su verbo como servidor público, para que no suene bravucón y machista, como sucedió en palacio nacional al referirse a la participación literaria de las mujeres.
Arturo Zárate Vite
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