Analfabetismo Periodístico

La otra gran revolución que se está gestando tiene que ver con la forma en que se defenderá la libertad de expresión, para el gran público. Para la sociedad el que existan periodistas que puedan decir lo que piensan significa que el país no se ha metido en una bolsa de propaganda tóxica encaminada a un mayor control por parte de los populistas.

 En ninguna página de la historia, los dictadores han avalado el que se pueda pensar u opinar diferente, no pagan para que les peguen decían; pero las aberraciones que se presentan en el mundo público también se muestran en el periodístico.

Los comunicadores vivimos una de las peores crisis, no solo profesionalmente, sino económica, muchos son despedidos otros amenazados por presiones de palacio nacional, los propietarios de los medios realizan ajustes milagrosos para mantener nóminas y personal, inversionistas que como si fueran médicos dan la batalla en contra de la pandemia económica.

El poder presidencial declaró la guerra en contra de aquellos que no piensen igual, tiene una oficina similar a la Gestapo y que se encarga de enviar ese tipo de mensajes, pero se debe ser muy honesto y claro en esto: los periodistas somos uno de los gremios más divididos, fragmentados ante la necesidad de la supervivencia (entendible puesto que se necesita comer) o por qué efectivamente existen comunicadores que han construido fortunas económicas inimaginables y que no resistirían una auditoría, vamos, como en la política, en el mundo del periodismo también existen los mercenarios. También entre comunicadores hay clases, no todos vuelan en primera, y muchos sobreviven en el transporte público.

Esta fragmentación arroja que ante actos de abuso de poder en contra de muchos colegas se presenten los silencios, los vacíos.

Por fortuna, aún respiran los pechos valientes de muchos, que sin ser destructivos se montan en el trabajo de investigación periodística y logran oxigenar este aire atascado de rencor y odio. Por supuesto que esto no gusta a quien hoy lleva la banda, él no se ve así mismo perdiendo la agenda de lo que se debe decir, pero el peso de la realidad y la labor de los defensores de la libertad de expresión están inclinando la balanza hacia un terreno menos manipulable; pero esta condición nos debe hacer reflexionar sobre el papel de los comunicadores, algunos verdaderos reyezuelos y que poco tienen que ver con la honestidad y la valentía.

Los periodistas también requerimos de dosis muy fuertes de democracia, de otra forma, la manipulación informativa seguirá en manos de pocos.

Por que pocos son los mexicanos que leen y deciden enterarse, el monopolio de la información ha sido siempre de este lado, pero hoy estamos anclados al monopolio de la manipulación, la de una sola figura. México no puede ser un consumidor de información chatarra, necesitamos elevar el nivel, alimentar los debates, proveer de dosis muy fuertes de investigación y de mucho pero mucho valor para decir las cosas, defender nuestras trincheras y apoyar a aquellos dueños de medios que decidieron jugársela en estos tiempos de guerra fría de palacio. También somos responsables de este oscurantismo mediático.

Si un gobierno, el que sea, decide atarle un cordón al cuello a los mexicanos que se dejen, nosotros no. Eso es hacer periodismo.

No es regaño es… Picotazo Político

Miguel Ángel López Farías
Historiador. Director y conductor del programa radiofónico 'Urbe de Hierro', transmitido por ABC Radio 760 AM.
Vicepresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT).

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