Pájaros en el alambre

Si la memoria no me falla, hace algunos añostrataron de crear una cosa llamada RENAUT (Registro Nacional de Usuarios de Telefoníamóvil) y otra mucho más antigua llamada RENAVE (Registro Nacional deVehículos), ambas fracasaron por que los padrones de usuarios terminaron enmanos
ajenas al gobierno. La mafia madrugó a los creadores y hasta el suicidiode Raúl Ramos Tercero, cabeza principal de este programa, se dio debido algazapo que en el año 2000 fue noticia. 
Hoy tenemos el chozno de estas dos añejaspropuestas, el nuevo registro para los usuarios de telefonía celular, o sea, el Senado de la Repúblicalanza una ley para que los más de 120 millones de propietarios de móviles enMéxico entreguen datos como huella dactilar, registro de iris, nombre, nacionalidad,dirección, edad, etcétera. Toda la información será recabada por las compañíascelulares y deberán ser entregadas al Instituto Federal de Telecomunicaciones, sóloserá entregada a las autoridades judiciales cuando la requieran. 
 
El presidente López Obrador afirma que es, para acabar con las llamadasde extorsión y otros delitos relacionados. En pocas palabras, si alguien lellama desde un reclusorio y lo amenaza, bastará con recurrir a la policía,estos buscarán el número, sabrán quién es el dueño de la línea porque según enel mundo de oz, así debería ser la cosa, buena intención, solo que deberíaninformarle al señor de las no vacunas que México, es un paraíso de la clonacióny que el robo a celulares es cosa de todos los días, que una tarjeta SIM esadquirible en cualquier Oxxo de la esquina, que andar entregando los datos alaburrido despachador de esas tiendas no es de lo más recomendable. 
 
Es evidente que se trata de algo que en sustancia podría ser una buenainiciativa, pero que en la práctica podría potenciar un mayor número deteléfonos celulares para fines criminales. 
Pongo un ejemplo: Yo me transporto en un camión que viene de Hidalgohacia la Ciudad de México y en la infernal autopista se suben a robar (eso pasatodos los días y a todas horas), las ratas nos quitan los aparatos, después desoltar unos balazos huyen con esos equipos, en lo que denuncio, mi línea deberéesperar hasta llegar a un MP en la ciudad, dando tiempo suficiente para quequien se le pegue la gana haga con mi número un ciento de llamadasextorsionadoras y viene lo peor, como está a mi nombre, seré yo el que aparezcaen la denuncia por ese delito pero no el miserable que me robo el aparato, yame vi en los separos gritando el clásico "soy inocente", solo como detalle: ¿sabránque los extorsionadores se pueden conectar de manera remota, que no necesitanmás que el número de celular?
Insisto: esto es solo una de las puntas de laespina, lo que en realidad preocupa es que un padrón de estas dimensiones nosolo vaya a dar a manos de traficantes de datos, mafias que juegan con suprivacidad, sino a otro tipo de malosos, los de corbata de palacio, pues elposeer este tipo de información es llevarse al bolsillo el ADN de todos en elpaís, como primer paso para poner a trabajar sus juguetitos israelíes quesirven para espiar cualquier sistema de telefonía, solo que les hace falta laficha del dueño o dueña. Un ingrediente que solo en la antigua Unión Soviéticaocurría. 
Suena a pesadilla, pero se potencia como unarealidad en la cual el gobierno tendría no solo la escucha y toda lainformación de su celular, incluyendo lo que no muestra ni a sus amigos, sinoque el estado en aras de la seguridad nacional, obtendría todo de todo, si ustedrepresenta un peligro para los intereses de un proyecto como el de la 4T, no lequiero decir la chantajeada que le aplican.
En serio, ¿un padrón nacional de usuarios detelefonía móvil en épocas electorales? Que miedo.
 
No es regaño, es Picotazo Político
 
 
Miguel Ángel López Farías 
Historiador. Directory conductor del programa radiofónico 'Urbe de Hierro', transmitido por ABCRadio 760 AM de 4 a 5pm. 
Presidente de laAcademia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT).
 
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