Paralelismos y diferencias entre AMLO y LEA

"Quizá la más grande lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones de la historia": Aldous Huxley (1894-1963) Novelista, ensayista y poeta inglés.

Luis Echeverría Álvarez tuvo un gobierno que llevó al desastre la economía y su sello fue el autoritarismo, que no tuvo empaco en llegar al asesinato de Estado, para llegar y mantenerse en el poder.

Fue un desastre para el país y un error de su antecesor, Gustavo Díaz Ordaz, en dejarlo como el “ungido” o “destapado” (como las corcholatas que se tiran al piso).

Después de una bonanza de postguerra mundial, el país enfrentó crisis políticas armadas desde la Secretaría de Gobernación, donde mandaba Echeverría en el sexenio de Díaz Ordaz. De ahí en adelante, después de las Olimpiadas de 1968, el panorama cambio para el país.

De ahí vino el desastre llamado Luis Echeverría Álvarez, quien el viernes pasado, por la noche, murió a los 100 años “de muerte natural”.

Fue llevado a juicio por crímenes de lesa humanidad, por las masacres de estudiantes en Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968, y en la calzada México Tacuba, frente a la Normal Superior, el 10 de junio de 1971. Los tribunales, luego de 5 años de juicio, fue exonerado por la justicia mexicana de esos crímenes.

El 24 de julio de 2004, en el gobierno de Vicente Fox, se inició ese juicio político, ya que jurídicamente era imposible, ya que los delitos habían prescrito. Que quede claro, que el delito de crímenes de Lesa Humanidad, ya no tiene fecha de prescripción.

Pero el juicio no dejó de tener momentos tensos debido a que ministros de la Suprema Corte se negaron, en dos ocasiones, a analizar jurídicamente las acusaciones. Por ejemplo, en 2005, por la matanza de Tlatelolco, un magistrado federal ordenó la aprehensión de LEA, por el delito de genocidio. Por ser mayor a los 70 años lo enviaron a un arresto domiciliario que terminó en abril de 2009, cuando un tribunal colegiado lo exoneró.

MIS EXPERIENCIAS LEJANAS

El inicio de mis actividades periodísticas tuvo a un actor importante: Luis Echeverría Álvarez. El entonces Presidente estaba en los últimos meses de su gobierno y los directores de Ovaciones, Abraham Mohamed y Jorge López Antúnez, le pidieron al jefe de información, Joaquín Bueno, que me enviarán a las reuniones sexenales del titular del Ejecutivo Federal. Me enviaban, como un principiante que no cumplía la mayoría de edad, al “chacaleo” o sea a robarse las entrevistas de los más relevantes personajes del país y el extranjero, que estaban a la mano.

Así conocí y entreviste, aunque brevemente, a decenas de personajes de la historia del país como Jesús Reyes Heroles, Fidel Velázquez Sánchez, líder y fundador de l CTM, la poderosa central obrera de América Latina; Porfirio Muñoz Ledo, un político culto y maduro; al Premio Nóbel Alfonso García Robles; a Emilio Rabasa, toda una autoridad mundial en materia de diplomacia; a José López Portillo, después presidente y un personaje divertido; Eugenio Méndez Docurro un secretario de Comunicaciones que fue encarcelado por López Portillo; Julio Sánchez Vargas, un abogado y catedrático, que era Procurador General.

También entrevisté a empresarios, como José María Basagoiti, José Luis Coindreau, Andrés M. Sada Zambrano, Manuel J. Clouthier, entre muchos más. o intelectuales y a muchos más, que fueron los actores de la noticia a finales de los setentas.

En síntesis, Echeverría fue un personaje siniestro, que dejó un desastre de país. De ser un ejemplo de economía a una crisis que hundió en la miseria a millones de mexicanos. Sus afanes fantasiosos de trascender en la historia de México y el planeta como líder del “Tercer Mundo”.

En sus acciones megalómanas, está el destruir a sus críticos, como lo hizo con el periódico Excélsior, que era dirigido por Julio Scherer García, en 1976. Este fue el motivo por el cual salí de ese periódico, donde laboraba en Revista de Revistas, y me dieron trabajo en Ovaciones.

De esa manera y otras, más graves y profundas, es como deja un presidente huella en sus gobernados.

Los paralelismos entre el gobierno de LEA y el de López Obrador, van desde el amar un socialismo romántico de los cincuentas y sesentas del siglo pasado, lo que ahora ya no es funcional, y el crear condiciones irreales de una economía que podría llevar al caos a un país como el nuestro.

Hoy, ALMO ha navegado con suerte. Las enormes reservas dejadas por los “neoliberales”, desde Carlos Salinas hasta Enrique Peña, le dan un amplio margen para no caer en la crisis que vive Argentina con una hiperinflación del 60%. Los mexicanos no estamos lejos de tener un alza en los precios del dos dígitos.

Además, ambos tienen como paralelismo, el tratar de dejar su nombre en los libros de historia. LEA no lo logró, pero AMLO, aún esta en “veremos”.

PODEROSOS CABALLEROS

¿QUIÉN QUIERE FORTALECER A ALITO?

Cada movimiento en contra de Alejandro Moreno, líder nacional del PRI, lo fortalecen. Alito, como le llaman, está en la tablita de los acusados, pero sin pruebas no pueden hacer nada. ¿Lo están vacunando para fortalecerlo para llegar a la candidatura presidencial de la oposición? ¿Es un acuerdo con el gobierno de López obrador? De lo contrario, no se entiende lo que hace la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, ni los policías del Aeropuerto que lo retuvieron el sábado pasado a su regreso de Paris.

RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA: DAIMLER 

Con la finalidad de fomentar el desarrollo de jóvenes talentos, la Asociación de Distribuidores de Daimler Vehículos Comerciales firmó un convenio de colaboración a nivel nacional, con el CONALEP, para promover la inclusión laboral, así como la atención profesional y especializada en los talleres de servicios de la Red de Distribuidores de Daimler. Marcela Barreiro, Presidente y CEO de Daimler Truck México y Alexandre Nogueira, CEO de Daimler Buses México, impulsan la iniciativa.

poderydinero.mx

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@vsanchezbanos