LOS PUENTES ENTRE EL GOBIERNO Y EL NARCOTRÁFICO...

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SEGURAMENTE, USTED, COMO CUALQUER OTRO MEXICANO QUE SE RESPETE, SOMOS AFECTOS Y NOS ENCANTAN LOS TACOS AL PASTOR, Y BUENO, PUES NOS PASTOREAN POR NO DECIR QUE NOS HACEN PENTONTOS CON EL PRECIO, CON LO QUE EN REALIDAD VALEN Y CON EL PRECIO A LO QUE NOS LO VENDEN Y, ESTO, EN CUALQUIER PAÍS DEL MUNDO, SE LLAMA FRAUDE Y ROBO…. PERO EN FIN, EL GUSTO Y EL ATRACÓN NOS

OBLIGA A MUCHAS COSAS.

         En un artículo de investigación de Marco Antonio Gómez Loera, aparecido en la sección Dinero del diario Excelsior el día domingo 1 de Abril de este año, el economista, especialista en análisis  de indicadores económicos en México, nos dice: “Vender tacos al pastor es un gran negocio: “le sacamos un buen”, comenta un taquero con 35 años de experiencia y dueño de las taquerías Los Arbolito…un kilo de pierna de cerdo se consigue en alrededor de 60 pesos y rinde de entre 40 a 45 tacos. Mientras que un kilo de tortilla pequeña se vende entre trece pesos y rinde 50 piezas… así que el costo del taco rueda entre 1.78 y 2.o6 pesos, a lo que hay que agregar el costo de los complementos como la piña, verduras y salsas y en algunos casos la renta del local y pago de trabajadores y así, es evidente que las ganancias son grandes…. ya que un taco con dos tortillas se vende entre nueve pesos en promedio de 2x1. su ganancia sobre el costo de los ingredientes básicos es de 218 por ciento, y en otros lados lo venden, a tres pesos con una ganancia del 169 por ciento, y por ejemplo, en El Califa, los tacos valen 15 pesos con una ganancia de 834 por ciento y en El Charco de las Ranas, donde cuestan 27 pesos, la ganancia es de 1517 por ciento”, así que, ahora, muchos doctorados y profesionistas a lo mejor cambian de ruta en su vida y se dedican a vender tacos, que nada tiene de malo, pero con seguridad podrán atender mejor a sus familias… y en algunos casos, los clientes podrán charlar con un hombre culto que les dará una buena charla de postre…

         Hoy en día existen muchos policías y hasta comunicadores y hablantines que se siente expertos en materia de análisis del narcotráfico y de la seguridad interna y nacional del gobierno mexicano, los opinólogos abundan, es cierto, pero será interesante esperar las memorias inéditas de Jorge Miguel Aldana Ibarra, un experimentado policía, ex jefe de la INTERPOl y de la Policía Federal y formado en la cuna de Gobernación en la Dirección de Investigaciones Políticas y Sociales que, en el año de 1985, fuera comisionado por el gobierno mexicano para establecer los puentes de comunicación entre el gobierno y los grupos de la delincuencia organizada, y en especial, con los operadores del narcotráfico, tal como lo relata Juan Veledíaz, en el Diario Sol de México, del día 1 de abril y nos dice: “La figura del “puente” entre capos de la droga y el gobierno federal servía para mantener contacto y control sobre las organizaciones criminales en el antiguo régimen. Quienes realizaron en el pasado este papel eran comandantes de la desaparecida Dirección Federal de Seguridad y de la Policía Judicial Federal. Algunos de ellos terminaron en prisión procesados por vínculos con el narco, otros murieron  en ajuste de cuentas. Del borrador de las memorias inéditas de Miguel Aldana Ibarra ex jefe de Interpol y de la Policía Federal que en algún momento de su carrera se le encomendó este rol, se extrae un pasaje desconocido hasta hoy, detrás del escándalo que surgió en 1985 tras la fuga de Rafael Caro Quintero del país”

         “La cita fue en el último piso del hotel Fiesta Americana, lugar de reunión de grandes eventos en la capital de Jalisco. Esa mañana de abril de 1985 Miguel Aldana Ibarra, director de interpol México, llegó a Guadalajara con una encomienda de Sergio García Ramírez titular en ese tiempo de la Procuraduría General de la República. Su misión era presionar a Miguel Ángel Félix Gallardo, jefe del cártel de Guadalajara para que su socio Rafael Caro Quintero “liberara” a la joven Sara Cosio Vidaurri Martínez, sobrina del entonces Secretario General del gobierno de la Ciudad de México Guillermo Cosio Vidaurri”

         Jorge Miguel Aldana relata la reunión con  Juan José Esparragoza, “El Azul” y Miguel Ángel Félix Gallardo, donde se logra el retorno de Sara Cosio. Cuando se va leyendo, se descubre cómo operaban las agencias de investigación a nivel nacional o las internacionales y sus puentes de negociación y control con los jefes de las mafia, sin olvidar que, diferentes investigaciones, hacen referencia a que Rafael Caro Quintero era un buen operador de la CIA, para controlar la producción y los envíos de marihuana que se sembraban en el RANCHO EL BÚFALO, y con las sutilidades, la CIA, operaba los nuevos  conflictos como el escándalo Irán-Contras y el coronel Oliver North…lo dicho: el tiempo es la madre de la verdad y un día se conocen como son esas relaciones, entre políticos y mafiosos…No hay posibilidad que operen solos…