La ceremonia de nuestra Independencia vuelve también a la polémica. Los pro,
los contra. Un evento austero hasta el extremo, carente de cortesía diplomática incluso a los representantes de otras naciones en nuestro país. Salones de Palacio Nacional vacíos sólo para registrar la llegada del Presidente y su esposa. 20 vivas que rompen tradición y protocolo y que hacen del Grito una muestra más de que el Presidente impone sus condiciones y gustos. Una Eugenia Leon que hace de la canción mexicana una arenga de carácter político/populista que la dejaron con una imagen de incondicional a la 4aT que sobró en el zócalo, fue provocadora e innecesaria. Al día siguiente un desfile militar con rasguños de pueblo, es decir, se involucró en el desfile carros alegóricos con representación cultural de las diferentes entidades como si se tratase de la conmemoración de la Revolución Mexicana. Una Guardia Nacional que por vez primera participa. Dos mujeres representantes del legislativo en la ceremonia de honra a la bandera y su izamiento. Por vez primera los militares desfilan frente a un personaje que anteriormente los acusaba de represores y que permite que gente cercana a él como Epigmenio Ibarra los califique de “asesinos” sin sanción alguna. También por vez primera un desfile frente a un político en el poder que pretende amnistiar a delincuentes y ha permitido la deshonra de los uniformados al ser agredidos por crimínales e inconformes en distintas comunidades. Una serie de reacciones desde las más sensatas y positivas hasta el denigrante comportamiento de un Manuel Bartlett que ya olvidó que fue Secretario de Educación y pretende mofarse del expresidente Calderón al insinuar su presunto alcoholismo y calificarlo como “Borolas”. En fin un Grito diferente, muy diferente y que nos deja con una duda, por qué no desfilaron este lunes los miembros del Heróico Cuerpo de Bomberos? Y que conste que es pregunta