INE

No nos confundamos, el presidente no puede ser garante de los procesos electorales.

 En México hemos construido un órgano específico (INE) con esos fines además de ser ejemplo mundial de una credencial de identificación. Los procesos electorales en nuestro país en términos generales han sido pacíficos. Luego de 70 años decidimos como nación dar un giro a nuestro sistema de gobierno, se rechazó al PRI y llegó el PAN. Francisco Labastida quedó como el gran perdedor y Vicente Fox llegó al poder con un ánimo de hacer las cosas distintas, diferentes. Terminó su gestión y continúo el PAN con Felipe Calderón que seguro de si mismo había declarado que primero muerto a que el PRI regresara a Los Pinos, y regresó , ganando Enrique Peña Nieto. Atrás, en la jornada diaria de convencimiento, por dos décadas venía empujando Lopez Obrador, siempre argumentando fraudes, nunca comprobándolos e incluso autonombrandose Presidente Legítimo. Y llegó su tiempo y triunfó, por vez primera la izquierda conquistó la Presidencia de la Republica y también de manera pacífica. No debemos olvidar los ya acostumbrados debates entre candidatos a la Presidencia, el más recordado por supuesto, el primero, entre Ernesto Zedillo (PRI), Cuauhtemoc Cárdenas (PRD) y Diego Fernández de Cevallos(PAN) aquel 12 de Mayo de 1994 quedando fuera del encuentro Cecilia Soto del PT, Jorge González Torres del PVEM, Pablo Emilio Madero de la UNO y Rafael Aguilar Talamantes del Partido Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional. Y de ahí en adelante, con las mismas oportunidades, las diferentes corrientes ideológicas se exhiben en pasarela pública con sus pronunciamientos y compromisos. Pero el factor más determinante para ejercer el voto y confiar en la nobleza de los resultados es la ciudadanía, miles y miles de personas que participan, vigilan y auditan los procesos electorales. Esto va acompañado por la presencia de observadores ciudadanos internacionales, instituciones académicas del prestigio y solvencia como la UNAM y por supuesto, los medios de comunicación. Intervienen entonces y también mediciones a través de casas encuestadoras y sólo los partidos, sus candidatos, y principalmente el gobierno son espectadores. Así nos hemos comportado y muy a pesar de acusaciones, impugnaciones y declaraciones, los perdedores han tenido la estatura de reconocer su derrota y sumarse, en lo posible, a los éxitos de la naciente administración. Por supuesto que el INE es perfectible como todas las instituciones y en cada proceso se busca la excelencia, se practican métodos más creíbles de conteo, se involucra a la menor tecnología. Un hombre, un sólo hombre, quien sea y dónde esté no puede ser garante de este espectacular esfuerzo de toda la nación. Quien lo crea así se engaña y engaña. Quien tiene el deber de permanecer con sana distancia, observando, no interviniendo ni favoreciendo u obstaculizando al mismo proceso, es precisamente el Ejecutivo Federal. Como a todo ciudadano que cumple con las leyes y reglamentaciones se le está permitido ejercer su derecho al voto, y esto no significa ni su injerencia ni su manipulación. Por todo lo anterior es de mayor significado que cada uno de los ciudadanos mexicanos mayores de edad seamos los que aceitemos la maquinaria de la democracia y de nosotros depende, en el tachón electoral, dejar nuestro convencimiento, preferencia o confianza a aquella posición ideológica que nos convide a superarnos y construir una mejor patria. Lo demás son mensajes de engañabobos, de arrogancias perdidas y de protagonistas con equívocos históricos evidentes.
*Presidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y tv
*Conductor del,programa Va En Serio mexiquense tv canal 34