El presidente se siente, o está, asfixiado, necesita oxígeno, está desesperado y tronó el más delicado de sus cuetes: meterse con un expresidente
rompiendo todos los pactos y reglas no escritas. Lo hizo como una urgente salida a su fracaso. Lo denunció el día en que se dio a conocer el preocupante crecimiento de contagios por COVID, la cifra insultante de asesinatos, la aplastante y descontrolada inflación y la prendida convocatoria de aspirantes de Morena al Edomex. No fue casual reventar el cohetón. Pero en su ansiedad, en su depresión y amargura, AMLO se equivocó gravemente. Apostó su imagen, la integridad y fuerza de su gobierno y su propia seguridad. De no comprobar los supuestos delitos de Peña Nieto se hundirá en el espeso fango de la burla. De demostrar, los ilícitos son tan menores como el tamaño de su bomba mediática. De recibir respuesta de Peña, su familia, colaboradora y el mismo se estarían arrojando al vacío sin red de protección. AMLO cree que Peña está a su disposición y es de su tamaño, terrible, equivocó. AMLO siente que su heroicidad será aplaudida viendo a Peña detenido, sueños de un bufón que se esmera por recibir aplausos. Peña no está solo, no es ingenuo. Peña está cubierto con información confidencial y que involucran asuntos de Estado. Enrique Peña en su comportamiento como gobernante merece más créditos que el desparpajado tabasqueño. AMLO está cerrando su sexenio muy lastimado por sus propias ocurrencias y malas bromas. De Peña debe cuidarse y mucho porque intentar ganar una elección (Edomex) imponiendo a una delincuente electoral y subestimando a un ex jefe de Estafo es caminar con los ojos vendados frente a una coladera sin tapa. A Calderón lo ha acusado de todo sin pruebas, pero otra cosa es mandar a su sabueso fiscal a anticipar que están siguiendo persiguiendo a Peña. AMLO canceló el proyecto del aeropuerto de Texcoco acusando frívolamente de corrupción, nunca lo ha probado y sus ocurrencias como el "AIGA" y el rediseño del espacio aéreo nacional nos han colocado mundialmente como un país de alto riesgo para la aeronáutica. Es tan insignificante la figura de AMLO que acaba de ingresar a la Casa Blanca sin ser recibido por Joe Biden y va en representación de todos nosotros. No ha podido con el proceso de extradición de Carlos Ahumada porque sabe que es directo a la guillotina por los documentos y videos que tiene el perseguido. Intento convertir a Rosario Robles en una soplona y ella se ha mantenido firme en no servirle de traidora. AMLO está más solamente que nunca y se ha alejado incluso del alto clero mundial. Al fango en el que nada el presidente, el mismo se metió. Hasta hoy ha perdido la gran oportunidad de crecer al país, de unirlo, de cuidarlo, darle civismo y educación, fortalecer a las instituciones, de crecer a la democracia y sus partidos políticos, de hablar con todos de todos, a construir y aplicar la ley. AMLO ha sido más que descuidado tomó el poder para
cumplir sus caprichos personales y no saber escuchar a nadie, eso lo saben a la perfección sus cercanos. Pablo Gómez nos debería de explicar cómo un sujeto puede vivir 18 años sin salario, sin cuentas ni tarjetas bancarias y sin demostrar sus pagos de impuestos, pero que tiene y dona propiedades porque todo es heredado. Hoy sube el ring a otro expresidente (A Fox y a Calderón intento noquearlos y no ha podido) pero con Peña está sacando puñales bajo la advertencia ni de quien sobrevive sino de quien va a morir. Pero nada pasará tiempo al tiempo. Hay quien dice por ahí “muchos ladridos pocas mordidas”.
CARLOS RAMOS PADILLA*
@cramospadilla
*Conductor del programa VaEnSerio mexiquense tv canal 34.2 izzi 135 y mexiquense radio.