Desajustes

Sin duda alguna los últimos meses de los sexenios en turno promueven una serie de movimientos políticos, acomodos,

que van desde las postulaciones hasta las traiciones. Justo en medio los cambios en los tres ordenes de gobierno que permiten la salida de muchos funcionarios que se interesan más en colocarse en los próximos años que en terminar su gestión. Particularmente llama la atención de la CDMX, la capital, la sede de los poderes, la macrourbe en donde se registran todos los reflejos sociales, políticos y económicos de la nación. La sra Sheinbaum piensa y siente que puede colarse como candidata presidencial solo porque AMLO así se lo ha propuesto. Ella no ha sido preparada ni ha subido escalones gubernamentales o legislativos para esa proyección. Tuvo la enorme oportunidad del lucimiento como gobernante y dos cosas la distinguieron: evadir los conflictos y tragedias en su gestión; y la otra, permanentemente abandonar su responsabilidad para promoverse en cualquier plaza pública del país. Los grandes proyectos, las formas de vanguardia para llegar a la CDMX como punta de lanza se perdieron por ocuparse en actos populistas como conciertos masivos. Siguiendo la corriente del presidente, inició la gestión rechazando todo lo que representaban los conservadores. Reprobó públicamente eventos como el Gran Premio de Automovilismo y al paso de los meses se comporta, viste como fifi y se mueve en los espacios propios de la clase acomodada. Rechaza reclamos públicos de sus opositores o víctimas de tragedias como la Línea Doce del STCmetro porque presupone que son acarreados, como si de eso ella no supiera y cómo si los demás no tuvieron derecho a hacerlo. Su sello actual es la prepotencia, tanto con la gente como con Alfonso Durazo, que al ser exhibida en su mal tono ahora van contra quien grabó el video.  Ella, así de simple, deja al mando de la CDMX a Marti Batres, un sujeto que siempre mostró antagonismo al gobierno y al sistema político del país. Ha vivido del comercio de la política y del desplazamiento de grupos y activistas callejeros. No se necesita mucho para revisar su historial. Ellos han convertido a la CDMX en un núcleo de ilícitos y de enorme corrupción. La extorsión a la que son sujetos los comerciantes informales (ambulantes) es muy similar a la que aplican los crimínales en todo el país. Piden dinero para protegerlos y dejarlos establecer en la vía pública. Es sabido que en Coyoacan o en la Cuauhtémoc los cuidadores de autos en calles y avenidas son miembros de bandas crimínales como “La Familia” y además de cobrar cuotas sirven de halcones para proteger el narcomenudeo. El Cartel de la Merced, Tepito o Tlahuac han penetrado sensiblemente en la macrourbe y la mafia del transporte público domina sobre las calles y avenidas con toda la impunidad y protección policiaca. De la contaminación ni hablar y eso que Sheinbaum, la doctora, presume haber sido Secretaria de Medio Ambiente y su ahora contrincante Marcelo Ebrard prometió convertir a la CDMX en la ciudad más verde del planeta. Hoy no pueden ni resolver el suministro de agua ni el grave problema de la inseguridad. No hay duda, ha convertido a la CDMX en su propio negocio y Mercado y es un auténtica bombea de tiempo, preguntemos a los usuarios del Metro.

CARLOS RAMOS PADILLA

@cramospadilla
*Conductor del programa VaSnSerio mexiquensetv canal 34.2, izzi 135 y mexiquense radio