La Guerra en la Trinchera

Si el presidente afirma no tener enemigos si los ha creado: sus propias corcholatas. He venido anticipando que la gran

erosión a los prestigios de Ebrard, Sheinbaum y Adán Augusto se generarán desde ellos mismos, es la guerra. Marcelo pretende hacernos creer que apenas se dio cuenta de los dados cargados hacia Sheinbaum. Prácticamente, desde que se destaparon, a Marcelo lo han enviado a un nada honroso tercer sitio en sus encuestas. Sheinbaum señala que es reconocida por su trabajo en la CDMX, por ser científica y por ser mujer. Adán Augusto descansa su imagen en su trayectoria y en su temple. Marceó asegura que es de “sangre fría” pero insiste en los debates que niega Sheinbaum porque ya firmaron un acuerdo y “hay que saber respetar a la firma”. Para eso si sirve la palabra, para gobernar no. Aún estamos a la espera de que Marcelo acepte el reto de debatir con el exdirector del Metro, Jorge Gaviño, pero vemos qué hay selectividad hasta en eso. Ebrard no se puede fingir cándido e inocente. Ambos, Sheinbaum y él se han servido de filtraciones a medios de comunicación y hoy Marcelo se siente lastimado, reducido y deja en el ánimo una anticipada ruptura y el sutil mensaje de que eta disponible para quien lo quiere impulsar desde su partido. Sabemos que la campaña de Sheinbaum es escenografía. Sus asambleas callejeras están armadas, financiadas. Por si sola no es atractiva ni auténtica. Adán Augusto deja pasar los errores de las otras corcholatas sin enfrentarlos, está en lo suyo, proponiendo, gestionando. Siempre asegure que fue un gravísimo error anticipar la contienda presidencial y saltarse las normas y reglamentos al respecto. “Destapar” con premura a los aspirantes colocó a AMLO como en gran elector, el que decide y selecciona. Al paralelo emprendió ataques contra el INE y el INAI intentado debilitar sus estructuras. Usa las mañaneras para violentar a la ley y denostar a los adversarios. Es un ambiente turbio en donde evade la información sobre actos de masacre contra jóvenes en Jalisco para contar chistes y decir que no oye. Pero también así actúan las corcholatas, en un cómplice silencio. Ebrard se atreve a acusar a Sheinbaum por asuntos electorales pero ningún acercamiento a criticar la falta de seguridad y los asesinatos. Su plan Ángel no contempla lo que eta ocurriendo. En el gobierno sospechan que la CDMX se puede perder y que el asunto, uno de tantos, del colapso del Metro tiene contra las cuerdas a Claudia y a Marcelo y así prosperarán los reclamos por el financiamiento de sus campañas. Estanos a un par de semanas para que de manera oficial se intensifique la guerra, no hay duda. Guardan la más demoledora información contra ellos mismos porque se han protegido por años para ir escalando por las buenas o por las malas. Sus archivos son abundantes. Por ahora Sheinbaum se vale de publicaciones por ejemplo el encabezado de Forbes que es demoledor: “Sheinbaum aplasta a Ebrard”. Claudia aventaja a Ebrard con 23 puntos, según la encuesta de las Heras-Demotecnia, publicada el 15 de agosto por la revista electrónica de negocios. Y Marcelo ya recibió respuesta de Morena: Mario Delgado, presidente nacional y Alfonso Durazo, titular del Consejo Nacional sostuvieron que el proceso es imparcial. Y Marcelo lanzó el misil: “Lo que estamos viendo ahorita (es que) están usando masivamente a la Secretaría del Bienestar en todo el país, están utilizando las brigadas para decirle a la gente que el presidente quiere que sea Claudia”, señalamiento grave que implicaría una denuncia penal por del delito del uso de los recursos públicos. El cuete ya tronó y Sheinbaum podría pasar de aspirante a delincuente. No cabe duda y lo escribí a tiempo, Ebrard le va a fracturar las elecciones a AMLO. Denunciar a Sheinbaum ante otra posibilidad, cimentar el camino a Adán. Lo que menos prevalece en Morena y el gobierno es unidad, esa que en el grupo opositor les puede dar en la línea de flotación.

CARLOS RAMOS PADILLA

@cramospadilla
*Conductor del programa VaEnSerio mexiquense tv canal 34.2, izzi 135 y mexiquense radio