EL PRI SE VISTE DE LO QUE CRITICA

sinpunto

Si algo ha reconocido el Partido de la Revolución Democrática, es su excesivo pragmatismo a la hora de elegir a sus candidatos. La tragedia ocurrida en Guerrero marca un antes y un después. Ángel Aguirre fue acusado por el perredismo del homicidio de más de 520 perredistas durante su primer mandato, pero curiosamente, cuando fue relegado por los

tricolores, los del Sol Azteca decidieron que esos homicidios no representaban nada frente a la posibilidad de adquirir una nueva gubernatura para el partido. Así lo hicieron y procedieron a investir como candidato al guerrerense que los metió en la más grave crisis de sus 26 años de vida. Lo mismo ocurrió con José Luis Abarca, simplemente porque poseía el dinero en suficiencia como para ganar de calle una de las cinco presidencias municipales más importantes del estado.

Poco importó que no tuvieran la militancia necesaria, al fin y al cabo que desde la dirigencia nacional se puede operar dictatorialmente de conformidad a la conveniencia del partido. Ángel Aguirre se distinguió como un mandatario desobligado y pendenciero. Todavía se recuerda aquella conversación que sostuvo con Claudia Corichi, la hija de Amalia García, a quien invitó a Acapulco con la promesa de enamorarla. Después vendría la anécdota lamentable de su fiesta y celebración durante la entrada de los huracanes Ingrid y Manuel que destrozó la mayor parte de las carreteras, puentes, y ocasionó una de las más graves inundaciones de que se tenga memoria en Acapulco, y la muerte de muchos pobladores de La Pintada, en el Municipio de Atoyac. Mientras él celebraba, comía y bebía con sus cuates del círculo cercano del poder, muchos guerrerenses morían y otros la pasaban muy mal.

Los hermanos Bribiesca Sahagún fueron detentatarios del inconmensurable poder que el presidente Vicente Fox depositó en su mujer, Martha Sahagún de Fox. Cuando la señora llamaba al titular de la paraestatal más importante del país para que sus hijos fueran atendidos de forma excepcional, siempre agregaba a sus instrucciones que si había dudas le preguntaran a su esposo. Claro está que nadie se animó a hacerlo, sabedores de que quien verdaderamente decidía lo que se hacía en el Gobierno Federal, era la señora. No quiero decir con esto que el señor presidente Fox nunca ejerció el poder, simplemente que dejó que su esposa metiera mano en los asuntos de Estado que a ella le convenían. Así los hermanos Sahagún se apropiaron de muchos contratos para el señor Amado Yáñez Osuna, dueño de Oceanografía. Fueron más de 12 mil millones de pesos en contratos, lo que les redituó dinero en suficiencia para adquirir a precio regalado unidades habitacionales en el Instituto de Protección al Ahorro Bancario, haciéndose de una considerable fortuna en poco tiempo.

Ahora el Partido Revolucionario Institucional, en compañía del Verde Ecologista de México, decidió que postularán a Fernando Bribiesca Sahagún, el hijo de doña Marta, y detentatario de una fortuna, producto de sus negocios al amparo del poder. Con eso, el tricolor se Iguala con los demás partidos privilegian la conveniencia antes que la decencia. Aquello que tanto criticaron incluso en las discusiones del Congreso, ha quedado atrás, o para decirlo mejor, ha desaparecido porque lo que se está viendo solamente es la conveniencia electorera y no la pulcritud de sus candidatos. Me parece que con eso ofenderán a sus militantes, y aunque no les importe, pueden tener la seguridad de que, al cabo del tiempo, las cosas se colocarán en el lugar que les corresponde. Ofender a la militancia por un rendimiento electorero efímero puede ser el inicio de la nueva debacle tricolor. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.