TODOS SOMOS DISTINTOS

sinpunto

México ha cambiado con después de los sucesos ocurridos en Iguala con la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural Isidro Burgos, ubicado en el paraje de Ayotzinapa, en el municipio de Chilapa, la puerta de la región de La Montaña, por ahora el lugar donde se ubica la mayor pobreza del país. Pero pareciera que la inconsciencia está de parte de ese magisterio

delincuencial que todos los días reanuda su actividad destructiva operando en contra de los intereses de aquellos por los, que dice luchar. A ello hay que sumar que pese a lo ocurrido los normalistas siguen haciendo de las suyas porque así lo dictan los delincuentes que dirigen el autogobierno del centro de estudios y que también son la clase dirigente del Ejército Popular Revolucionario que la década pasada declarara la guerra al Estado mexicano.

Nuestro mayor problema hasta ahora ha sido la actividad criminal, pero también se tiene que tomar en cuenta la actividad criminal de la protesta pública. Si bien es cierto que se ha generado polémica por la detención de once anarquistas, más la habrá cuando se aplique la ley a normalistas y maestros que han mostrado reiteradamente su peligrosidad. La tortura es una práctica recurrente que ha dejado de ser monopolio de los cuerpos policiales. Ahora es más utilizada por los criminales como una forma de generar temor entre los pobladores y terror ente los adversarios. Por lo que corazón de a la desaparición forzada, es la hora de imponer penas severas para evitar la tentación en aquellos intolerantes que se encuentran diseminados en diversas partes del país. Las reyertas cotidianas ya no se resuelven por la vía del diálogo, sino por la ley del más fuerte, y eso le ha hecho mucho daño a este país

Desde hace muchos años Guerrero, Chiapas y Oaxaca han sido situadas como las tres entidades más pobres del país. Y no es que adolezcan de recursos naturales en suficiencia, lo que pasa es que no ha existido un adecuado desarrollo humano que les permita incrementar su ingreso per capita. La justicia social es algo desconocido porque la pobreza y las ganas de comer se han arraigado en muchas de sus partes. Hasta ahora parece que Chiapas es la mejor gobernada porque crece a un cinco por ciento anual, pero no es suficiente para desterrar esa pobreza ancestral que parece haber llegado para quedarse. Guerrero y Oaxaca tienen el mismo problema. Ambas padecen los embates de un magisterio delincuencial que los ha postrado en el tiempo y que parece operar en sentido contrario al espíritu de propiciar el desarrollo de los pueblos y las regiones.

Qué bueno que habrá zonas de desarrollo integral, pero también tiene que imponerse la ley y encerrar a quienes se empeñan en destruir lo que tanto nos ha costado construir. México merece mejores maestros que los delincuentes que se han apoderado de estos tres estados. Qué bueno que habrá otras esperanzas porque las que intentamos construir en base a sus conocimientos se han vuelto una monstruosa pesadilla. México debe seguir buscando mejores condiciones de vida y devolver a Chiapas, Oaxaca y Guerrero, la tranquilidad y el progreso, pero eso pasa por la aplicación estricta de la ley y el castigo a quienes la han transgredido con singular devoción. México no es el mismo después de Ayotzinapa. Mientras la mayor parte lo lamentamos, los pocos lo festinan cometiendo delitos. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.