SACUDIDA PERREDISTA

sinpunto

Hay quienes afirman que la vida institucional del Partido de la Revolución Democrática se ha desarrollado mayormente dentro de una crisis, y tratan de explicarlo señalando que nació de una crisis del sistema político mexicano y por consecuencia tiene la mayor parte de los vicios de eso que reiteradamente señala combatir. De cualquier forma hay que

puntualizar que la formación de un partido de izquierda radical sirvió como válvula de escape a las expresiones sociales que decidieron apartarse de la institucionalidad para motivar los cambios confrontando al Estado. No fue fácil para esos grupos ni para el propio sistema que tuvo que hacer uso de recursos que al cabo del tiempo terminaron epitetándolo como un gobierno represor.

Esa izquierda, o al menos la que mayoritariamente incidió en la voluntad del electorado, es la que ahora enfrenta una de las peores crisis de su corta historia. El detonante lo significó sin duda el problema originado en Iguala, Guerrero, donde fueron desaparecidos 43 estudiantes de la Normal Raúl Isidro Burgos, ubicada en el paraje de Ayotzinapa, en el Municipio de Tixtla, en el Estado de Guerrero. A partir de entonces las cosas se han puesto “color de hormiga” para el perredismo porque han aflorado interminables excesos que han enlistado los medios de comunicación de todo el país. Mucho tiempo se dijo que el gobierno del Distrito Federal era utilizado como punta de lanza para incrementar la militancia en otras latitudes, y que sus recursos servían para el trabajo de afiliación.

Sea como haya sido, las cosas se fueron desarrollando con normalidad y la izquierda perredista comenzó a ganar espacios en diversas partes del país, incluso en el norte donde gobernó Baja California Sur. El sureste resultó más benévolo y el perredismo gobernó Chiapas y Tabasco, con alta presencia en Quintana Roo, donde el ahora defenestrado Greg Sánchez fue uno de sus principales alfiles. Michoacán, Oaxaca y Guerrero, también entraron al control de esa izquierda que ahora parece haber perdido la ruta. La única afirmación cierta de las muchas que se han hecho para tratar de explicar el declive del perredismo, es sin lugar a dudas una sola: corrupción.

Hoy el otrora poderoso partido que aglutinaba a la mayor parte de las corrientes de la izquierda esta en una severa crisis interna. Y aunque no les guste a muchos, el problema es el mismo: corrupción. Los especialistas en el tema han señalado que la corrupción en las estructuras del gobierno de la Ciudad de México es inmensamente mayor que la que se presenta en toda la Administración Pública Federal, y eso es, aparte de grave, el principal indicativo del porqué el perredismo esta entrando en una crisis que puede terminar con las expectativas de mantener el tercer lugar en la representación popular. Así de simple es el análisis, pero el problema es que a la corriente mayoritaria, la denominada “Los Chuchos”, ha sido reacia en hacer un acto de contrición y ofrecer disculpas a los mexicanos, por el contrario, ya envalentonados y encerrados en su infinita mendicidad, se están dando el lujo hasta de retar a poderosos medios de comunicación. En el pecado llevarán la penitencia. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.