Cuando Felipe Calderón señaló que buscaría la candidatura presidencial pocos confiaron en que lograría alzarse con ella. El principal adversario era Vicente Fox Quesada quien incluso lo despidió para que entendiera que su preferido, o el de "Martita" para decirlo mejor, era Santiago Creel Miranda. Pocos se sumaron a su proyecto y
solamente lo siguieron los amigos mas cercanos y quienes sabían que era el hombre que mayor conocimiento tenía, en ese momento, de las estructuras del partido. Eso fue lo que le valió para ser el candidato presidencial blanquiazul, y lo que más lo acerco a quienes le dieron su apoyo en el proceso interno.
Felipe Calderón fue Presidente de la República porque también se la ganó a Vicente Fox y a Doña Marta. No fueron solamente los votos internos que lo llevaron a ser el abanderado blanquiazul, sino que contra viento y marea se le metió al electorado que pensó que era mejor que cualquiera de sus adversarios: Andrés Manuel López Obrador y Roberto Madrazo Pintado. Una cosa lo diferenciaba de Vicente Fox: su vocación de poder. Siempre supo que para hacer un buen trabajo se tiene que ejercer el poder, y puso todo de su parte para que se entendiera que el poder lo detentaba él y nadie más, y que no lo compartiría como lo había hecho el hombre de las botas.
Contra todo lo que se diga, Calderón supo ser amigo de sus amigos porque a todos favoreció con encargos públicos importantes, por eso muchos le siguen manifestando lealtad. Dos casos son emblemáticos: Roberto Gil Zuarth y Javier Lozano Alarcón. Son calderonistas de cepa y lo han demostrado a propios y extraños. Por eso resulta difícil entender que aquellos a los que favoreció y protegió en los momentos álgidos hayan decidido no tan solo abandonar el proyecto, sino mendigar posiciones a cambio de mostrar y demostrar su deslealtad con quien los encumbró, quien les dio nombre, quien los defendió y quien los hizo pudientes y poderosos. Juan Molinar Horcasitas no es un hombre que se distinga por sus lealtades, mas bien por lo que le conviene y por lo que le puede dejar buenos dividendos.
Con Felipe Calderón fue Director del Instituto del Seguro Social, y quien entregó el contrato de subrogación del servicio a la Guardería ABC, en la que morirían 49 infantes. Pese a su evidente culpabilidad Calderón lo cuido como si fuera su amigo y lo envío a la titularidad de Comunicaciones y Transportes. También cabildeo con los Ministros de la Corte par a evitar que fuera incriminado y posiblemente encarcelado. Hoy Juan Molinar Horcasitas ha demostrado que de lealtad sabe muy poco, y de agradecimiento prácticamente nada. Intentando agradar a quien desde luego no le otorgara ningún espacio, criticó a Calderón señalando que quiere imponer su voluntad por encima de los panistas y de paso le dice que él y su equipo debieran respetar las reglas internas. Me parece que el interés de Molinar por congraciarse con Madero es insultante para cualquiera de los calderonistas, es más, parece reptar con tal de que lo incluyan en algo que le brinde seguridad ante la pronta apertura del expediente de la Guardería ABC. Siente que el agua ya le llego a los aparejos y teme verse tras las rejas. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.