Sin punto y coma 2015-03-03

sinpunto

Sin lugar a dudas Marcelo Ebrard Casaubón es un personaje singular de la política mexicana. Y no es que el señor Ebrard sea uno de mis políticos preferidos, por el contrario, es uno de los que más he criticado y quizá condenado por esa habilidad que tiene para hacer negocios con la Ciudad de México desde hace poco más de treinta años. Sus comienzos fueron con Manuel Camacho Solís, con quien lo une una entrañable amistad. El lo formo y lo llevo de la mano para hacerlo crecer durante el salínato, al grado de que lo convirtió en el Secretario de Gobierno del entonces Departamento del Distrito Federal, previo paso por la Secretaria General del tricolor y la Dirección General de Gobierno.

Fue el artífice de la negociación con Andrés Manuel López Obrador para que levantara el plantón de barrenderos que mantuvo durante dos meses en el Zócalo capitalino y que estorbaba las actividades del Palacio Nacional, donde despachaba Carlos Salinas de Gortari. Desde entonces data su amistad con el precandidato por tercera vez a la Presidencia de la República, a quien por cierto entregó una cantidad superior a los cuatrocientos millones de pesos, que sirvieron para que el tabasqueño iniciara y construyera su propia leyenda. El restante, de los mil quinientos millones que retiraron de la Caja de Previsión de la Policía Auxiliar, fueron para los ganadores.

Ebrard se fue a la aventura de Chiapas con Camacho después del suceso de la decepción por no haber sido investido con la candidatura a la Presidencia de la República, que recayó el Luis Donaldo Colosio Murrieta. Su trabajo en la selva fue exitoso porque visualizaron que el gobierno tendría que dotar de tierras a los zapatistas, y compraron grandes extensiones para hacer un soberbio negocio. Después regresaron y fundaron el Partido del Centro Democrático, con el que mantuvieron cercanía con los perredistas, terminando por unirse a ellos, a esos que habían ayudado a conformarse cuando estuvieron al frente del Gobierno del Distrito Federal. Hasta aquí la historia señala que Marcelo ha militado en tres partidos políticos, pero ahora va por el cuarto.

Ávido de encontrar protección a causa de los problemas que ha generado la Línea 12, de la que se sustrajeron cantidades exorbitantes de dinero, y ante la negativa de la dirigencia nacional del PRD por hacerlo diputado plurinominal hasta que hablara con Miguel Ángel Mancera, su antiguo subordinado, el señor Ebrard confirma su habilidad política y ahora será diputado por Movimiento Ciudadano, lo que le otorgará el fuero que necesita para mantenerse en libertad en el probable caso de que sea incriminado por la falta de comprobación de los recursos que utilizo en la construcción de la Línea 12 del Metro. El señor Ebrard aprovecho la coyuntura de que Dante Delgado Rannauro requiere de elementos que levanten el perfil de Movimiento Ciudadano, y se ha montado en la candidatura de diputado federal plurinominal, con lo que asegura el fuero por si existe la intención gubernamental de incriminarlo y ordenar su aprehensión. Su habilidad sigue vigente, hay que reconocerlo. Y como dicen por ahí, tiene mas vida que un gato. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.