¿Y los ciudadanos?

sinpunto

Algunas veces quienes abrazan a la política como una profesión se olvidan del ingrediente más importante de ésta: la gente. Y es que no puede ser de otra forma, la política se hace con la gente y para la gente, y quien no lo entienda así estará condenado irremediablemente al fracaso. Aunque también tengo que reconocer que existen muchos políticos en este país que lo que menos les importa es la gente, y para algunos otros no significan mas que la oportunidad de conseguir votos en suficiencia par a satisfacer sus ambiciones personales. Los tiempos electorales son fundamentales para que los ciudadanos conozcan de verdad a esos que acostumbran mentir una y otra vez cuando se trata de ganar elecciones. Bien dicen por ahí que prometer no empobrece.

La tan llevada reforma política para el Distrito Federal ha sido una de las mejores muestras de la mendicidad de nuestros políticos, y de la rapacidad de aquellos que logran alcanzar sus fines dentro de las estructuras gubernativas o en la representación popular. Hace tiempo que iniciamos el camino para que el Distrito Federal pueda tener la capacidad de diseñar un marco normativo similar al de las demás entidades federativas, pero por una u otra razón nuestros políticos nunca han logrado ponerse de acuerdo porque la Ciudad de México es la Capital de todos los mexicanos y el asiento de los poderes federales, y eso es algo que se tiene que cuidar muy bien a la hora de generar un ordenamiento constitucional para dotar de derechos plenos a quienes aquí habitamos.

La realidad para los habitantes del Distrito Federal indica que la tan llevada reforma constitucional es uno de los cuerpos legales que mayores diferencias ha generado. Y no es que sea muy difícil hacer un ordenamiento de este tipo, pero los intereses políticos están muy por encima de los intereses de la gente. Para decirlo de una forma más puntual, la reforma que esta a punto de aprobar el Senado de la República se ha realizado sin el concurso de los ciudadanos, y la constitución local será hecha por los partidos y las instancias gubernamentales, sin que los ciudadanos puedan participar porque los mecanismos se diseñaron para que los ciudadanos no tengan el derecho de intervenir cuando presuntamente el ordenamiento legal ampliará los derechos ciudadanos.

Pareciera que existe una contradicción, pero así es como se esta presentando el escenario, porque los propios encargados de hacer el dictamen evitaron la intervención de las organizaciones civiles que solicitaron información y participación. Incluso la forma de conformar el presunto órgano constituyente habla de un direccionamiento en el que los ciudadanos no tendrían la mínima posibilidad de intervenir, aunque el senador Mario Delgado diga lo contrario. Los constituyentes serían nombrados quince por el Senado de la República, quince por la Cámara de Diputados, cinco por el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, y cinco por el Presidente de la República. Y la pregunta obligada tendrá que ser: ¿Y los ciudadanos? Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.