La llegada de Agustin Basave Benítez a la dirigencia del Partido de la Revolución Democrática fue la historia de una tragedia anunciada. Tragedia porque es es octavo dirigente que antes militó antes en el Partido Revolucionario Institucional, lo que quiere decir que hasta ahora ninguno de los miembros de esa izquierda histórica que mantuvo muchos años la lucha desde el clandestinaje ha tenido los apoyos suficientes para dirigir los destinos de la izquierda institucional.
Por lo pronto el señor Basave anunció una limpia y subrayó que terminaron los tiempos de los pactos porque ahora serán opositores críticos. La incógnita que despejaremos en los siguientes meses será: ¿hasta donde esa izquierda que anunció el señor Basave podrá ser capaz de insertarse en el ánimo de la gente después del desencanto provocado por la pronunciada vocación por la corrupción de la mayor parte de sus cuadros dirigentes?
No resultará fácil reorganizar a esa parte de la izquierda que ha representado el perredismo, pero quizá exista algo que pudiera otorgarle una oportunidad de renacimiento, que no es otra cosa que la refundación de esa fuerza política que hasta ahora tiene distintas bases porque nunca lograron converger en un proyecto incluyente y por lo mismo fuerte y contundente.
Agustín Basave es ya quien rige el destino de esa izquierda extraviada, corrupta y cínica, que solamente ha sido utilizada para enriquecerse o para colocarla al servicio de proyectos personales mesiánicos que nada le ha generado a la militancia y a los cuadros intermedios. Ni que decir de la forma en que se distribuyeron los cargos y encargos los miembros de las tribus dominantes, que respondieron más a los intereses de grupos que a los de la militancia.
No resultará fácil reinventar y recomponer un partido que pese a su perfil ideológico dejó de representar la avanzada democrática en el país para situarse en la regresión corrupta que tanto criticaron sus miembros al partido dominante. Tampoco creo que el señor Basave tenga la firmeza ideológica para alcanzarlo. Chango viejo no aprende maroma nueva. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.