Fiscal anticorrupción (marzo)

sinpunto

México es uno de los pocos países donde las decisiones trascendentes siempre se politizan y terminan convirtiéndose en un proceso de negociación donde se ceden y conceden cosas a cambio de algo.

Así funciona por desgracia todo el entramado público, y aunque se solucionan muchas cosas, quien finalmente sale perdiendo es el ciudadano.

Por eso hay quienes afirman que la justicia en este país no está torcida, sino retorcida.

El proceso para elegir al fiscal anticorrupción no ha sido la excepción aunque se trate de escoger a uno de los elementos más importantes de esa nueva forma en que el Estado mexicano pretende dejar atrás el oscurantismo costumbrista que nos ha llevado a ser uno de los países con mayores índices de corrupción. Para decirlo más claro, nuestro calvario como nación ha sido esa maldita corrupción que se enquistó desde que Hernán Cortés sobornara a sus capitanes en Veracruz para saquear al imperio azteca.

Después de la decantación realizada en días anteriores, a decir de los expertos, muy pocos hay con reales posibilidades de ser elegidos por su prestigio y comprobada probidad, elemento difícil de encontrar en la mayoría de los postulantes eliminados.

Aunque también hay que señalar que no será fácil llegar a la decisión final ya que cualquiera de ellos puede alcanzar el preciado cargo y el más importante para la sociedad en los últimos años.

Manuel Hallivis Pelayo, Rafael Espino del Castillo y Ricardo Peralta Saucedo son los nombres de quienes se han distinguido como los más viables, y de entre ellos saldrá el responsable de combatir ese flagelo que nos ha acompañado en toda nuestra historia como país. No será una decisión fácil, pero tampoco faltarán quienes pretendan realizar una que otra maniobra para negociar con los directamente involucrados, pero siendo sincero no creo que cualquiera de los nombrados se preste a ello.

Luciano Hallivis Pelayo fue presidente del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa. Bernardo Rafael Espino del Castillo es director general de Profesiones, y Ricardo Peralta Saucedo es catedrático de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México. Cualquiera de ellos puede resultar elegido y estoy seguro realizaría un ejemplar papel.

En lo personal creo que el mejor perfil es sin duda Manuel Hallivis Pelayo, quien hiciera un brillante papel modificando la operación del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa para hacerlo más eficiente, pero sobre todo realizando los cabildeos necesarios para alcanzar mayores atribuciones e independencia, lo que le permitió obtener incluso reconocimientos internacionales. Si la determinación se mide por el talento, la probidad y la eficiencia, haremos historia con un fiscal anticorrupcion que responda al interés de la gente y no a los del poder. Al tiempo.