Desmoronamiento Tricolor

Sin punto y coma 
Sin lugar a dudas el México de hoy no podría explicarse sin la historia
del Partido Revolucionario Institucional. Y no es que pretenda hacer una apología de la importancia de los tricolores en la edificación del México de nuestros días, y mucho menos intentar una defensa de lo que se ha hecho mal y que siempre he denunciado en mis colaboraciones periodísticas. Por el contrario, se trata de explicar el porque llegamos a lo que ahora se conoce como la Cuarta Transformación, cuyos integrantes no han hecho más que seguir las instrucciones y ocurrencias unipersonales de quien detenta el poder público.
 
 
Andrés Manuel López Obrador, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, que no de México como pretende manejarlo en su identidad oficial para distanciarse del protocolo Republicano que ha sido la base de la construcción del país en los últimos 70 años, esta decidido a encabezar el desmantelamiento del viejo régimen, aunque pareciera que hasta ahora no ha encontrado una base ideológica firme que le permita la estructuración de un modelo distinto de gobierno y de cohesión social para un país de más de 140 millones de habitantes,
Para decirlo de otra forma, no existe un modelo de organización distinto al que durante tantos años ha permitido el funcionamiento adecuado de los 3 ordenes de gobierno, que han sido pilares indiscutibles del entramado político, social y administrativo de la nación Mexicana. La forma de gobierno municipal, estatal y federal, han sido fundamentales en la construcción del México de nuestros días, y alterarla atentaría contra la estabilidad de un país que después del movimiento revolucionario de 1910 siempre ha tenido vocación por la paz social.
Hasta ahora el Presidente de la República ha pretendido edificar un cambio que solamente ha resultado exitoso en la identidad gráfica y en el uso de colores distintos al del Lábaro patrio, además de hacer guardar la referencia de “Gobierno Federal” para suplirla por un escueto “Gobierno de Mexico”, lo que habla de la verdadera aspiración de Andrés Manuel López Obrador por edificar una República Centralista cuyos gobernantes elegidos o nombrados por uno de los 3 poderes respondan ciegamente a las disposiciones de quién encabece el Ejecutivo Central.
López Obrador ya inició ese trayecto, y uno de sus principales valladares lo representan los Partidos Revolucionario Institucional y Acción Nacional, que unidos pudieran evitar el desastre legislativo que mucho complacería a quien mantiene aspiraciones reeleccionistas. La trama de la revocación del mandato no es más que un artilugio para alcanzar la reelección. De lo que se trata es de organizar una consulta en sentido contrario, es decir que la gente vote porque López Obrador no se vaya del Poder Ejecutivo. Está utilizando el mismo manual que permitió el nacimiento de la dictadura venezolana.
 
Las oposiciones pudieran lograr el freno de estos intentos si operan unidas, pero hasta ahora pareciera que el propio Andrés Manuel López Obrador mantiene un pacto con Alejandro Moreno para alzarse con la dirigencia nacional del PRI. Triste papel desempeñaría el tal “AMLITO” como enterrador del partido que lo hizo gobernador. Triste papel de Claudia Ruiz Massieu como la enterradora de una de las organizaciones políticas más longevas de la historia en el mundo.
 
¿La salida de José Narro será el comienzo del desmoronamiento tricolor?
 
 
 
Por: Vladimir Galeana Solórzano
Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.