Sector Salud en Crisis

Uno de los principales pilares del esquema gubernamental es sin duda todo lo que se refiere a la garantía del acceso la salud pública en todas las regiones del
territorio nacional, y principalmente en las grandes ciudades donde son recurrentes la presencia de malestares producto de nuestra desastrosa mancha urbana. Tan solo el centro del país requiere de un gran esfuerzo y de una tremenda infraestructura para mantener vigentes los servicios de salud pública.
Para decirlo de otra forma, en el altiplano mexicano hay una mancha urbana que concentra a más de veintitrés millones de habitantes, y el noventa por ciento de ellos no cuenta con seguridad social, por lo que demandan los servicios de salud al Estado Mexicano, entendido éste por los tres ordenes de gobierno, municipal, estatal y federal, aunque en la mayor parte de las veces los servicios médicos y la infraestructura operan de forma inconexa, lo que habla de la necesidad de una unificación de los esfuerzos de los tres ordenes de gobierno.
Durante su comparecencia ante los senadores, el titular de la Secretaria de Salud, Jorge Alcocer, señaló que existen más veinte millones de personas sin seguridad social, pero lo más grave es que existe una gran parte de la infraestructura que no cuenta con la calidad suficiente para brindar servicios de forma eficiente. Pero también existe otra circunstancia que tenemos que considerar, y no es otra cosa que la carencia de calidad no tan solo en los derechohabientes, sino en esos sectores empobrecidos y que no cuentan con servicios de salud.
Jorge Alcocer también reconoció que existe irritación social ante el fracaso que heredó la actual administración, aunque también habrá que señalar que quizá ese sea el nuevo discurso para justificar el fracaso inicial de la llamada Cuarta Transformación. Pero independientemente de todo, cuando se trata de resolver un problema, el primer paso es aceptar que el problema existe, y que bueno que el señor Alcocer haya entendido que la base principal es el reconocimiento de las fallas.
 
También hay que decir que él mismo tuvo mucho que ver en el último año con el tema del desabasto de medicinas, porque no se adquirieron aquellos que permitían mantener con vida a enfermos con problemas diabéticos avanzados cuya inexistencia los condenó a muerte. Bien dicen por ahí que el primer requisito para resolver un problema es entender y aceptar que el problema existe, y si bien es cierto que la llegada de una nueva generación de funcionarios públicos pudo haber retrasado la compra de medicamentos, también la ineficiencia inicial profundizó la gravedad del desabasto.
Hay veinte millones de mexicanos sin seguridad social, y eso es lo que se debe tomar en cuenta a la hora de planificar el presupuesto. También se tiene que adecuar la infraestructura existente a las necesidades propias de un país en crecimiento poblacional. El mal principal es esa amplia franja de hombres y mujeres que por sus hábitos alimenticios han contraído esa mortal enfermedad que es la diabetes, porque si no hay los medicamentos necesarios, el desenlace final será fatal. Así de simple. Al tiempo.