AUTORITARISMO RAMPANTE

Sin lugar a dudas la nación vive uno de sus peores momentos políticos, económicos y sociales. Y no se

 trata de cargarle culpas a la mal llamada Cuarta Transformación de forma gratuita, pero todos los días sus principales exponentes hacen de todo con tal de seguir desprestigiando al movimiento que logró alcanzar la Presidencia de la Republica, y desde donde han estado cometiendo delitos sin precedentes y excesos gubernamentales que en cualquier lugar los calificarían como "delincuencia organizada".

Ahora le correspondió al señor Jaime Bonilla, gobernador por cinco años por obra y gracia de la mal llamada Cuarta Transformación porque una vez elegido legislaron sobre un hecho ya ocurrido, para satisfacer las ansias locas de poder de uno de los hombres más ricos de la comarca, y que seguramente aportó una buena cantidad de dinero para mantener el activismo de Andrés Manuel López Obrador, lo que desde luego contravino diversos ordenamientos legales, pero se les doblaron las corvas a los encargados de imponer el imperio del derecho.

Sabedor de que sus jugosas aportaciones económicas a Morena lo tiene blindado y puede hacer lo que le venga en gana en Baja California, y una vez que “el agua le llego a los aparejos” con la crisis sanitaria, al señor Bonilla le dieron ganas de comprar respiradores para los contagiados del “coronavorus”, implementos que están agotados en muchas partes del mundo porque la necesidad ha superado con mucho a la fabricación de ese tipo de elementos. Como la empresa ya tenía comprometida la producción, el señor Bonilla simplemente ordenó de forma fulminante que clausurarán y cerraran sus instalaciones de forma indefinida.

Y para celebrar el desaguisado que organizó, el señor Bonilla se permitió hacer una justificación y ordenó que las actividades de la empresa fueran suspendidas por no considerarla industria esencial para los baja californianos, ya que el producto que elaboran se va a otras partes del mundo. Ya encarrerado y envalentonado, el señor Bonilla se ufanó de que el rechazo a que continúen con las actividades le generó “presiones” de parte del embajador de Estados Unidos. También señaló que le llamo Marcelo Ebrard para ver si había manera de dejarlos trabajar, a lo que respondió que NO.

Pero también entró en una nueva fase que no conocían sus gobernados. “"Yo le dije al Señor Canciller, pues háblalo con el Presidente, pero mi jefe es el pueblo y a mí me están diciendo que debo hacer esto y es mi compromiso….mi compromiso es con los bajacalifornianos y yo estoy seguro que el Presidente me va a respaldar en eso”, reveló el propio gobernador. Bien dicen por ahí que el que nunca tuvo y llega a tener, loco se quiere volver, y el daño provocado en la relación bilateral será grave. Como dicen por ahí, la estupidez en muchas ocasiones no es producto de la ignorancia, sino de la petulancia. La pregunta es: y cuando consultó al pueblo? Nunca, pero utilizó el ardid que tanto ha utilizado el Presidente de la Republica.

Independientemente de que la ahora sancionada empresa es estadounidense y maquila sus productos en este país, como lo hacen infinidad de firmas, y después del papelón que hizo doña Rocio Nahle en la reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, lo único que le hace falta a este gobierno es romper relaciones con Estados Unidos.

En los siguientes días habrá un intenso debate en torno a la relación con el vecino del norte, y como siempre, saldremos perdiendo. Al tiempo.

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