Crisis separatista a la vista

Ante la diversidad de posicionamientos en torno a las pretensiones del gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador, vale la pena analizar el contexto en el cual estamos insertos no tan solo quienes se han dedicado al noble oficio de la política, sino también aquellos que ante la concentración de poder que hasta ahora ha acumulado, no han encontrado el camino para enfrentar un posible atropello a la institucionalidad que durante tantos años hemos construido, porque estoy seguro de que seguirá intentando incrementar funciones y atribuciones.
De lo que se trata por el momento, es consolidar la concentración de atribuciones constitucionales para determinar de manera unipersonal la forma en que se tiene que manejar este país, sin que exista la intervención de alguien distinto al Presidente de la Republica. Para decirlo de otra forma, si el señor López Obrador logra que se le brinden atribuciones que corresponden al Poder Legislativo, podemos tener la seguridad que el camino hacia la dictadura será el capítulo siguiente. 
 
De ahí la persistencia de intentar cambios a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para controlar en su totalidad el dinero público, pero sobre todo, tener la capacidad para determinar en que se gasta y cuáles son los rubros en que se invertirá la recaudación. En otras palabras, si se sale con la suya, la dictadura estará a la vuelta de la esquina, porque es esa centralización de los fondos públicos y la discrecionalidad del Presidente de la Republica lo que le ha preocupado a los gobernadores de los estados limítrofes con Estados Unidos.
 
Por lo pronto la Comision de Hacienda de la Cámara de Diputados, con mayoría parlamentaria del Movimiento de Regeneración Nacional y sus aliados, opinara este día que es viable la iniciativa del Presidente López que busca cambiar la Ley Federal de Responsabilidad Hacendaria, para que desde el Poder Ejecutivo se pueda modificar, sin restricciones, el Presupuesto de egresos, ante la declaratoria de una emergencia económica, lo que permitiría también la concentración del poder.
 
Andrés Manuel sabe muy bien hasta dónde quiere llegar, y no sé si lo han entendido los llamados poderes fácticos porque le están ayudando a conseguirlo. La única esperanza que tiene este país de que no se imponga una dictadura es frenar la iniciativa en la convocatoria al periodo extraordinario que se dictaminaría desde la Comisión Permanente que se Integra por 37 diputados, y se requieren 25 votos para convocar a un periodo extraordinario, y Morena y sus aliados solamente cuentan con 24 de ellos, PAN, PRI, MC y PRD custodian los restantes trece votos.
 
Qué bueno que los empresarios aglutinados en el Consejo Mexicano de Negocios hayan sacado la casta para evitar la quiebra de empresas, y solicitaron un préstamo al Banco Interamericano de Desarrollo por doce mil millones de de dólares que apoyarán a treinta mil pequeñas y medianas empresas, porque el ahora denominado “"Ganso Macuspano” lo que pretende es empobrecer al país para que todos dependamos de sus dádivas. Solamente con él hambre quizá, lograría someter a quienes pensamos distinto. Por eso los estados limítrofes del norte del país han pensado en una posible separación ante las ansias de Andrés Manuel López Obrador que pretende caminar hacia la instauración una nación centralista y dictatorial. Al tiempo. 
 
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