Familia de potentados

Bien dicen por ahí; que la verdad siempre sale a flote, aunque a muchos no les guste. Y claro está que a quienes no les gusta que la verdad sea conocida es a aquellos que durante mucho tiempo se han dedicado a la malandroneria y ahora son potentados por haber participado en la formación y conformación del llamado Movimiento de Regeneración Nacional que le permitió a Andrés Manuel López Obrador alcanzar la Presidencia de la Republica, y que se han dedicado a destruir las instituciones que con mucho trabajo y tiempo se construyeron.

Y hay que señalarlo rotundamente, son las instituciones que nos otorgaron viabilidad democrática y que fueron garantes para reconocer el triunfo de quién ahora detenta el Poder Ejecutivo. 

Por desgracia esas instituciones son las que ahora están en riesgo porque de lo que se trata es de quitarlas o destruirlas para instaurar un régimen antidemocrático que obedezca a los fines de permanencia de quienes forman y conforman el Gobierno Federal. Aquel que infinidad de veces se dijo y se asumía como un demócrata, y que prometía cambiarle el rostro al país, lo está logrando, pero no con las características y peculiaridades que le permitieron llegar al poder y que tanto alardeó, sino con la finalidad de instaurar un régimen en el que la democracia solamente sea una simple palabra, porque la realidad indica que la centralización de las decisiones como ahora se estila, será la constante. 

La única esperanza que en estos momentos visualizan los mexicanos es la conformación de una alianza opositora, que evite que en la siguiente elección de diputados el Movimiento de Regeneración Nacional obtenga una mayoría que les permita consolidar un nuevo régimen político en el que el totalitarismo sea la nueva identidad de la Nación. Hasta ahora, hay que señalarlo con todas sus letras, están caminando hacia ese perverso fin. La realidad es que los principales miembros de la “"Nueva Casta Divina” no son otra cosa que una coalición de advenedizos encumbrados por un líder, y que estarán dispuestos a obedecer y a satisfacer sus ansias de permanencia en el poder. 

Hace unas cuantas semanas los medios de comunicación evidenciaron la inusitada riqueza de la Secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, y su esposo el norteamericano John Ackerman, quienes han llegado a poseer inexplicablemente nada menos que cinco casas en nueve años, sin que hayan demostrado evidencia de que fueron adquiridas de manera honesta. Lo peor de todo es que nuca tuvieron un salario que explique esa inusitada riqueza. Si ese es el talante personal de quién tiene por encomienda evitar los actos de corrupción y perseguir a quienes han lucrado con el poder público para enriquecerse de forma grosera como esta pareja de malandrines lo ha hecho, la mal llamada “Cuarta Transformación” es un refugio de una nueva Clase Política quizá peor que aquella a la que los mexicanos decidieron no otorgarle nuevamente la confianza.

Y tanto es el cinismo familiar, que ahora nos enteramos que él Súper Delegado Gobierno Federal en Guerrero, Pablo Almicar Sandoval, hermano de la titular de La Función Pública, ha acumulado propiedades de forma inexplicable en los últimos quince años, entre ellas una enorme y costosa finca en Acapulco, que por olvido no incluyó en su declaración patrimonial. Dicha propiedad cuenta con trescientos dieciséis metros cuadrados y está en una de las mejores zonas residenciales del Puerto Guerrerense. Lo verdaderamente inexplicable es que ambos hermanos nunca tuvieron grandes cargos en la Administración Pública. Si algo tengo que decir de su padre, Pablo Sandoval Ramírez, es que fue un líder persistente y un luchador social que siempre militó en la izquierda. Un hombre auténtico, un verdadero hombre en toda la dimensión de la palabra. 

Pero hasta ahora su hijo ha estado utilizando el dinero público que tiene a su disposición como Súper Delegado en el Estado de Guerrero, porque pretende ser Gobernador sin tener más mérito que el favor del Presidente de la Republica. Pero también fue quien organizó la celada para intentar desprestigiar mediante abucheos preparados de antemano al Gobernador Héctor Astudillo, cuando Andrés Manuel López Obrador visitó Tlapa de Comonfort. La valentía de Astudillo pudo más, porque en público lo señaló como el instigador de dichos abucheos, siendo el Presidente de la Republica quien le enmendó la plana valorando el brillante trabajo que hasta ahora ha realizado quien bien gobierna Guerrero. La,pregunta es: ¿y este pillo es quien pretende suceder a Hector Astudillo? Pobre Guerrero‼️ Pobres Guerrerenses‼️ Al tiempo. 

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