¿El Fin justifica los medios?

Bien señalaba Nicolás Maquiavelo, filósofo y político italiano, con una sola y rotunda frase, la forma de encarar las ambiciones del género humano en torno

al fenómeno del ejercicio del poder. Esa frase, a la que nos hemos referido en el tiempo muchos periodistas, ha sido uno de los más rotundos fundamentos en el ejercicio político de todos los tiempos en cualquier parte del mundo. ““El Fin Justifica Los Medios” siempre ha estado vigente cuando de desentrañar los misterios del ejercicio político se trata, y mucho más cuando de justificar acciones corresponde.

Y si de lo que se trata es de desentrañar las conductas oprobiosas que se realizan en el ejercicio del poder, y que se han realizado siempre en todos los gobiernos que hemos tenido a lo largo y ancho de este México tan nuestro y tan mal dirigido en estos momentos, además de que está siendo saqueado con un cinismo que raya en cinismo, porque también hay que decir nunca antes vivimos un gobierno tan cínico como el que encabeza Andrés Manuel López Obrador, quien piensa que al elegirlo le entregamos un derecho de propiedad sobre la Nación.

Los miembros de la Confederación Patronal Mexicana han lanzado a las redes sociales un documento en el que proceden una firme postura ante los excesos del poder público encabezado por Andrés Manuel López Obrador. Pero no tan solo es un gobierno que no termina de cometer dislates propios de un hombre que se dice estadista y que ha sido epitetado varias veces como un aventurero de la política y que por desgracia alcanzó el poder, y ahora lo aplica con una personal discrecionalidad porque siempre se ha sentido un predestinado.

Por lo pronto la Confederación Patronal Mexicana dio a conocer un documento en el que señalan puntualmente lo que hubiera pasado si Andrés Manuel López Obrador hubiera perdido por tercera vez la elección de Presidente de la República, y es interesante porque relata que en este país ya estuviera funcionando uno de los diez mejores aeropuertos del mundo que además sería pagado con dinero de los que hicieran uso del mismo, y no como ahora que tendremos que pagarlo con nuestros impuestos.

También el Seguro Popular seguiría dando servicio a más de cincuenta y cinco millones de mexicanos, cuando ahora más de quince millones de ellos no tienen accesos a servicios de salud. Ni que decir de las madres trabajadoras que contaban con estancias infantiles para sus hijos cuando ellas se dedicaban a trabajar para mantener el hogar. Por desgracia, la mayoría de ellas tuvieron que dejar de trabajar, y el empobrecimiento ha hecho presa de un amplio sector porque de lo que se trata es que dependan de las dádivas institucionales, convirtiéndose en un recurso electoral para mantener la vigencia de la mal llamada ““cuarta transformación”.

Muchos dislates ni se hubieran hecho realidad, como es el capricho del Tren Maya, la inútil inversión de la refinería de Dos Bocas, que hubiera sido un parte aguas para los diversos proyectos de energías limpias y renovables porque quien dirige al país tiene una forma retardataria de la realidad actual, y muchos miembros encumbrados de la Cuarta Transformación estarían enfrentando juicios por corrupción y enriquecimiento inexplicable, incluso los propios familiares del Presidente de la República. Pobre país. Al tiempo.

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Lic. En Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por el Instituto Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.