Con los Niños no...

Los excesos de Andrés Manuel López Obrador al poner a los hijos menores de este país en el centro del debate,

simplemente porque se le pega su estúpida gana, habla de su miseria como persona, y la carencia de empatía con quienes construirán el futuro en algunos años. Pero no se diga nada de sus inmorales y delincuentes hijos porque le da por poner el grito en el cielo y maldice a todos los que quieran meterse con su familia.

Hasta ahora los hijos presidenciales han cometido diversos actos contrarios a las leyes, y de eso se han aprovechado para acumular una inmensa fortuna que guardan en las Cajas Fuertes del sistema Bancario de Houston, sí, donde existe una Casa Blanca que le permitía vivir como potentado al potentado del hijo mayor del presidente de la República, quien minimizó como siempre los actos de corrupción que su descendiente cometía y sigue cometiendo.

Ahora ya no se visita tan seguido a la ciudad norteamericana porque ahora tienen preferencia por la seguridad que les brindan los hombres del desierto, y claro está que de lo que se trata es de que no existan pistas cuando de esconder el dinero acumulado se trata, y mucho menos cuando hay muchos periodistas mirones que siguen escarbando para encontrar nuevas evidencias de la corrupción de los hijos presidenciales.

Si de algo se puede apreciar Andrés Manuel López Obrador de sus hijos, es que salieron igual de vivarachos como el, que nunca trabajo y logró acumular una bien granada fortuna a través de la extorsión de los anteriores gobernantes que le pagaban por no ir a despepitar los hechos de corrupción de los que eran protagonistas, y eso le catapultó directo a poseer una fortuna que ha sido la que en este sexenio han engrandecido sus hijitos.

Con los niños no, ha sido una expresión de muchos mexicanos buscando provocar que el desalmado sujeto de marras comprara los medicamentos que requerían cientos de niños con Cáncer, a quienes condenó a muerte porque nunca se condolió de sus padecimientos y tuvieron que enfrentar dolorosas agonías que no se les desean a nadie, además del dolor de los padres al verlos en los últimos halitos de su vida.

Nunca le he deseado mal a alguien, pero si he reseñado los actos de maldad de los muchos gobernantes que en sus excesos cometieron incluso diversos asesinatos. Y uno de ellos es el presidente de la República, quien ha sido culpable de la muerte no tan solo de los niños con cáncer, también de la infinidad de menores de edad que en los nosocomios públicos han pedido la vida por no contar con los elementos para su restablecimiento. Pero pronto llegará la hora en que se vaya, y cuando sea un simple ciudadano tendrá su merecido. Al tiempo.

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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septién. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.